Resulta interesante la contienda electoral que se avecina aunque lo que estamos viendo actualmente nos dice mucho de lo que será para el 2021 y para las mujeres que pretenden entrar a la participar, las cuales veo que van en franca desigualdad, poco dinero, poco apoyo, poco respaldo de sus partidos y que de alguna manera les mantienen a raya porque no están en nada de acuerdo en los asuntos de paridad, mucho que leer entre líneas.
Lo evidente es que los partidos políticos siguen siendo profundamente patriarcales y feudales, además de resistirse a realizar cambios que permitan renovarse ideológicamente y abonar a la transición incluyente y equitativa. Desafortunadamente, siguen siendo los hombres los que salen de manera no “oficial” a representar a los partidos políticos, incluso esos hombres que se eligieron por esos partidos representan las agendas más conservadoras de oposición abierta al avance de los derechos humanos de las mujeres.
Lo que para muchas de nosotras significa signos de alerta, ya que el avance de los derechos humanos que hemos logrado, pueden verse seriamente afectados bajo una simulación de un ejercicio democrático al dejar fuera a las mujeres que en gran medida son su base social y donde sostienen su poder, recordemos que sin las mujeres no hay democracia.
Resulta preocupante que las mujeres que desean sumarse a la contienda del proceso electoral interno para ser electas enfrentan serias desigualdades, muchas de ellas no tienen el respaldo de sus dirigentes partidistas, y eso lo observamos cuando constatamos que no hay apoyos ni respaldos comprometidos, serios e institucionales, aunque algunos me digan que es muy temprano para apoyarles, lo cual me parece una gran mentira, porque pueden hacerlo y pueden generar espacios más estratégicos para hacer la contienda más pareja.
Sigo observando prácticas arcaicas las cuales expresan obediencia y subordinación, reflejo de un sistema patriarcal, que de alguna manera los partidos se jactan de que eso quedo en el pasado nada más falso. Y es que hay un menosprecio de los partidos políticos hacia la inteligencia de la ciudadanía, ya que cada quien hace lo que quiere en sus partidos políticos, ya que con mayor frecuencia nos bombardean con campañas de difusión de los hombres que quieren convertirse en candidatos a la gubernatura, al invadir cualquier espacio ya sea en redes sociales o de comunicación en donde hay un sinfín de fotografías, pagadas y sin que sepamos de donde sacan tanto dinero para eso, lo que nos sugieren que “ese” candidato es el elegido y el que más cercanía tiene con el actual presidente, como si eso le diera el aval de que es el ungido y que además plantea que son los hombres los que requieren de estos artilugios para convencer.
El hartazgo de los espectaculares y de los gastos anticipados de campaña son lo que prevalece, nos atascan de sus fotografías, mensajes de flojera y sin sentido, además de calificarse como mejores personas, sabiendo que tienen un historial bastante negro, corrupto y preocupante cuando ejercieron el poder.
Aunque también observamos que las alianzas partidistas evidencian que no saben ser contraparte, y lo que esta en juego es la defensa de sus privilegios más no la atención necesaria e indispensable de las necesidades de la población, ya que aunque lo digan discursivamente e intenten hacernos creer que sí, pues no les creemos.
Lo que más me llama la atención es la ausencia de espacios para la libertad de expresión para las mujeres que desean acceder a ser electas, si bien hay medios especializados en materia política que han invitado a algunas de ellas, esto no ha sido posible para todas las que quieren, ya que sería interesante conocerles y saber que las llevo a postularse a algún cargo público y específicamente a la gobernatura.
Me gustaría conocer qué piensan esas mujeres, saber por su propia boca que lugar ocupan las mujeres en sus planes y aspiraciones, si hay una agenda dirigida a las mujeres y cómo es que construyeron estas, entender porque esos temas son relevantes para algunas, además de que nos permitiría evaluar si esa agenda es progresiva a los derechos humanos de las mujeres o bien hay una seria oposición a considerar.
La libertad de expresión es fundamental en un ejercicio democrático y para el fortalecimiento de la participación ciudadana, ya que permite poner en la mesa de discusión pública la posibilidad de establecer un dialogo menos jerárquico y más equitativo, en donde las mujeres tienen mayor oportunidad de ser reconocidas como referente y que contribuye al posicionamiento simbólico de las mujeres que pueden acceder al poder político y la máxima responsabilidad que una gubernatura implica.
No se trata sólo de un nuevo lenguaje visual y oral, sino de lo que se trata verdaderamente es resignificar la importancia que tienen las mujeres en esta sociedad, es decir, reposicionarnos como sujetas con derechos y en cierta igualdad política, y que sea valioso tanto para las mujeres como para los hombres.
Consideró que es la oportunidad perfecta este proceso electoral para las mujeres, que esta paridad sea la estrategia y el vehículo que permita ver mujeres jóvenas y de cualquier edad, no acarreando sino siendo electas, que las cuestiones de género y de paridad dejen de ser incomprendidas y rechazadas por el machismo y la misoginia y que en sea una experiencia que realmente transforme esta política patriarcal, de la que ya estamos hartas en la que sólo los machos pudientes pueden tener el poder y cuando lo tienen regarla y tener un desempeño mediocre, vaya monserga.
