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Nudos de la vida común. David y Goliat.

No reduzcas la realidad al tamaño de tu realidad – Pablo Boullosa

En días pasados escuchaba la preocupación del líder estatal de la CANACO y SERVYTUR, Marco Tulio Guerrero Cancino. por lo que llamó la competencia insana que representan las grandes cadenas comerciales para los micro, pequeños y medianos empresarios. Él mencionaba que el hecho de que estas cadenas permanezcan abiertas durante la contingencia sanitaria, mientras las mipymes son conminadas a cerrar, los pone en desventaja dejándoles todo el pastel a los grandes y orillando a los pequeños a salir del mercado.

Ciertamente es absolutamente necesario que las autoridades garanticen el cumplimiento de las disposiciones gubernamentales sobre el cierre de negocios no esenciales sin importar el tamaño de los mismos, pues el objetivo es evitar que la población se movilice y con ello, impedir la propagación el virus que nos aqueja.  En todo caso, una empresa de cadena comercial seguramente desplazará un mayor número de trabajadores y motivará a más consumidores a salir de casa.

Sin embargo, quiero invitar al sector empresarial local a no distraerse en estos injustos actos de corrupción como es el evidente caso de las empresas de Salinas Pliego, que sin encontrarse en el rubro de negocios esenciales, siguen abiertas gracias a su cercanía con López Obrador.  El problema es mucho mayor y va más allá del corto plazo. Charles Darwin postuló la teoría de la selección natural, que durante muchos años pensamos que se refería a la supervivencia del más fuerte. Al día de hoy, sabemos que la selección natural se refiere más bien a la supervivencia del que mejor se adapte. Y justo esa debe ser la arena de juego del empresariado local.

Se trata entonces de la reinvención de los modelos de negocios de las mipymes michoacanas. Es una realidad que en un sistema de libre empresa[1] como en el que vivimos, el mercado manda y el gran poder lo tiene el consumidor y quien logre satisfacer de mejor manera las necesidades del mismo será quien alcance sus objetivos de negocio. Es importante advertir que una vez que termine el periodo de confinamiento y regresemos a las calles, nuestros patrones de consumo habrán cambiado, no solamente por el muy importante tema de la recesión económica, sino también porque los consumidores estamos siendo reeducados en nuestra forma de gastar el dinero. Esto, puede ser visto como una amenaza, pero también como una gran oportunidad.

Identifico varios factores de nuestra vida común que pueden ayudar a configurar nuevas estrategias de negocios para nuestros pequeños y medianos empresarios:

  1. Una creciente consciencia sobre el consumo local tanto como medida de cuidado ambiental como de solidaridad y de prosperidad compartida. Las criticadas generaciones milenial y centenial están realmente enojadas por el daño al medio ambiente que genera el consumo global y están indignados con la desigualdad social creada por este modelo económico globalizador. Y esta brújula moral guía en mucho las decisiones de consumo de estos grupos demográficos.
  2. Un incremento importante en el uso del comercio en línea, tanto por parte de los oferentes como de los consumidores. Los comercios pequeños dudaron por mucho tiempo en subirse al mercado digital, pero la restricción de movilidad los empujó, y afortunadamente muchos han respondido con velocidad creando sus esquemas de venta en línea. El consumidor, ante la misma limitación, se ha aventurado a confiar en el comercio electrónico y le va perdiendo el miedo.
  3. Acercamiento personal de comerciantes y prestadores de servicios con el consumidor. El uso de redes sociales y mensajería instantánea ofrecen un trato más cercano y amistoso entre vendedores y compradores, una oportunidad para crear confianza y fidelidad de los clientes. Este es un punto donde difícilmente la frialdad de una cadena comercial puede competir con la calidez de un pequeño comercio.
  4. Agilidad y personalización, la nueva norma. Una empresa pequeña, con pocos trabajadores y con apertura de mente es mucho más fácil de reconfigurarse para entregar una nueva oferta de valor para su mercado. Hemos visto que los grandes supermercados de cadena se han visto rebasados en la demanda de ventas a domicilio, creando insatisfacción al cliente, pues ante su incapacidad de responder, optan por no hacerlo[2]. Un pequeño empresario, tiene el suficiente amor a su negocio y devoción por su cliente para resolver sus necesidades y hacer cierta la frase “la satisfacción del cliente es lo primero”.
  5. Una nueva apreciación de valor en el consumo. Las mipymes, ante una economía empobrecida como la mexicana, se han visto forzadas a competir con precio, donde los márgenes de ganancia no dejan espacio para innovar o para diferenciarse, pues apenas alcanzan para cubrir los costos fijos. Ante las limitaciones de la movilidad, atributos en productos y servicios como confiabilidad en el oferente, oportunidad en el servicio y calidad en la relación son los nuevos paradigmas de decisión de compra, los cuales serán privilegiados por el consumidor por encima del precio.
  6. Un regreso a lo importante, en lugar de lo superfluo. La vulnerabilidad en que nos hemos descubierto como humanidad nos ha confrontado sobre nuestra forma de vida. Nos ha hecho voltear a valorar lo realmente importante: la familia, la salud, la comunidad, la solidaridad, el consumo responsable. Por supuesto, habrá grupos sociales que continuarán su existencia como si nada hubiera pasado, pero la mayoría ha estado experimentando una forma de vida distinta y están aprendiendo a navegar en la tormenta.

Por último, quiero insistir en la resiliencia a toda prueba del micro, pequeño y mediano empresario michoacano. Ellos buscarán soluciones, tienen una apuesta fiel en sus negocios, pues en él realizan su propósito de vida. Lo único que une a los socios accionistas de las grandes cadenas es el rendimiento que les produce el dinero invertido en ellas. Si éste se ve disminuido o en peligro, se desharán de sus acciones, venderán sus empresas pues para ellos su incentivo es únicamente el económico y al desaparecer éste, lo más inteligente es  “desinvertir”. Por el contrario, el corazón del empresario local late en su negocio y es esa fuerza lo que lo mantendrá vivo.

 

Postdata: AMLO ya entendió la ley de Pareto[3], pues ahora sí tiene relevancia que el 65% de los casos de COVID19 esté concentrado en sólo seis Estados y cómo esto permite crear una estrategia para enfrentarlo. Lástima que solo aplique este criterio cuando le conviene.

[1] Esto no es una defensa al capitalismo. Una de las ganancias potenciales que esta crisis puede dejar es el reconocimiento que este sistema pone al centro el poder económico y tira por la borda la dignidad humana, clasificando a las personas y su calidad de vida según el código postal donde hayan nacido. De esto seguiremos platicando en próximas ediciones.

[2] Basta con revisar las páginas de redes sociales de las cadenas comerciales globales donde abundan las quejas de los clientes por la falta de atención a ventas en línea.

[3] Comentario en relación a la edición de Nudos de la Vida Común correspondiente al 27 de abril de 2020.

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