“El mejor modo de resolver una dificultad es no tratar de soslayarla”. Noel Clarasó (1905 – 1985). Escritor español.
El futuro inmediato de Michoacán pinta extraordinariamente complicado. La disputa electoral que ya se vive con singular intensidad, impide que quienes se encuentran en el poder busquen coincidencias para apoyar el desarrollo de todos los ciudadanos.
Según el secretario de Finanzas del estado, Carlos Maldonado Mendoza, el déficit total de recursos para el 2021 será mayor a14 mil 600 millones de pesos, debido al recorte federal que supera los 7 mil 700 millones y poco más de 6 mil 900 millones del déficit estructural educativo.
Vale destacar que, en la versión de legisladores federales de Morena, el recorte federal es de unos mil 50 millones de pesos. Así de complicado el asunto, ni siquiera en los números macro hay acuerdo entre los rivales electorales.
Mientras tanto, la propuesta de presupuesto que mandó el Ejecutivo michoacano al Legislativo, es deficitario en 7 mil 200 millones de pesos. Dicho de otro modo, si cuando se ha aprobado el presupuesto en tasa cero, es decir, que los egresos corresponden exactamente a los ingresos, los cierres de año se complican cuando menos desde octubre, en el 2021, indudablemente la crisis llegará antes.
La situación se agudiza, porque tradicionalmente el último año de gobierno pasa desapercibido, la preocupación de quienes están en el poder, es preponderantemente lo electoral. Se dedican, casi de tiempo completo a las negociaciones, estrategias y labores para mantenerse en el poder o procurar que su partido o aliados ganen posiciones específicas para cuidarse las espaldas.
Semejante y lamentable realidad, aplica para todos los colores partidistas, así que, los platos rotos, los pagarán los ciudadanos.
En el difícil panorama del 2021 se debe considerar la disputa personalísima que mantienen Andrés Manuel López Obrador y Silvano Aureoles Conejo, así como la incertidumbre que todavía provocará el COVID-19 en el ámbito de la salud, pero también en la economía.
Así que quien gane la elección a gobernador, asumirá semejante responsabilidad a partir del primero de octubre, para entonces, la falta de liquidez seguramente habrá generado demasiados conflictos, donde al romance propio de la victoria, podría no ser suficiente.
Ante semejante escenario, veremos qué decisiones toman los integrantes de la LXXIV legislatura local, para darle viabilidad financiera al 2021. Aprobar el presupuesto como lo mandó el Ejecutivo y esperar milagros, como un apoyo impresionante de recursos extraordinarios que mande López Obrador a Michoacán o apretar en todas las áreas posibles hasta que el presupuesto pueda responder a la realidad.
La decisión no es sencilla. La que tomen, en su momento provocará molestias, porque lo claro al momento, es que la crisis financiera que padece Michoacán desde el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, se agudizará en el 2021, ya sea desde el principio de año o, seguro, desde octubre.
Por lo pronto estimado lector, vale la pena poner las barbas a remojar. Ser cautos en el gasto, y si usted es de los afortunados que cuentan con un ahorro, cuídelo. Pero si no forma parte de la plantilla de algún gobierno, ni tiene una plaza federal, estatal o está sindicalizado, si no tiene una empresa boyante y creciendo, entonces, insisto, más vale poner las barbas a remojar.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
