“Los planes son solamente buenas intenciones a menos que degeneren en trabajo duro”. Peter Druker (1909-2005). Filósofo de la administración, consultor y profesor de negocios austriaco.
Ante la implementación del Aislamiento Obligatorio que impuso por decreto el gobierno de Michoacán que encabeza Silvano Aureoles Conejo a partir del pasado 20 de abril, para contener el contagio masivo del COVID-19, el enorme reto es que sea efectivo y eficiente su Plan Alimentario.
Más allá de la polémica sobre sus atribuciones legales para contener la presencia de ciudadanos en la vía pública e implementar las sanciones que van desde multas de 860 y hasta 2 mil 500 pesos, detenciones en barandilla por 36 horas y servicio comunitario como hacer el aseo en hospitales a quienes no cumplan con medidas como usar cubrebocas en la vía pública, la urgencia radica en apoyar con lo mínimo indispensable a miles de michoacanos que no encuentran la manera de comer todos los días, para poder quedarse en casa.
Y es que además de quienes ya integraban los cinturones de pobreza y pobreza extrema que suman más de 2 millones 400 mil michoacanos, se han sumado a la situación crítica los que se han quedado sin empleo o no puede prestar sus servicios porque su labor no es esencial y aunque lo sea, sus ventas se han pulverizado.
La circunstancia exige que el Plan Alimentario que anunció el Ejecutivo estatal sea extraordinariamente eficiente para apoyar a esos cientos de miles de personas que, para quedarse en casa, deben tener el mínimo para comer.
El Gobierno de Michoacán, ha dejado ver de momento, que para entregar los apoyos van a generar un padrón a partir de recibir llamadas telefónicas, solicitudes vía internet o de manera presencial en los Centros Integrales de Servicios instalados en Apatzingán, Coalcomán, Huetamo, Uruapan y Zitácuaro.
Otro reto es evitar que se dupliquen los apoyos, porque también algunos municipios ya los entregan. Una condición mínima para todos los niveles de autoridad, es que, por una vez en su vida, no le vayan a querer sacar raja político electoral a una entrega que tendría que ser desinteresada, solidaria y empática. Lamentablemente, de momento, es evidente la ausencia de coordinación, prevalece la disputa.
Cabe destacar que es tal la cantidad de solicitudes, que la secretaría de Gobierno pidió paciencia tras informar que han recibido un promedio de 3 mil llamadas por hora al 4435300309, lo que provoca que la línea telefónica se sature y se escuche una grabación en inglés, lo que inevitablemente genera molestia entre quienes se han animado a pedir el apoyo.
Hasta el momento, la administración estatal tampoco ha informado cuál es el número de apoyos que podrá otorgar, de que tamaño es la inversión que podrán realizar en este programa, datos fundamentales, especialmente cuando el gobernador Silvano Aureoles ha señalado que no hay suficientes recursos, por lo que ha solicitado reiteradamente el apoyo extraordinario de la Federación, que, por cierto, parece hacer oídos sordos a estas peticiones, aunque se las hagan los gobernadores de Morena.
No descarto la intención genuina del gobierno de Michoacán para ayudar a la mayor cantidad de ciudadanos en condiciones vulnerables ante la Emergencia Sanitaria, pero sería plausible que de inmediato haya mayor transparencia en la inversión que realizará en el Plan Alimentario, así como mejorar los esquemas de recepción, especialmente de llamadas, para atender a los que lo necesitan lo antes posible.
Mientras tanto, más allá de implementar multas a diestra y siniestra tras la entrada en vigor del decreto de Aislamiento Obligatorio, lo ideal sería que haya mayor coordinación con las autoridades municipales para evitar las reuniones masivas y tener mayor presencia de uniformados en los accesos a mercados, por ejemplo, para invitar a la población a respetar la sana distancia y que la compra de insumos la realice solo una persona.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
