Las campañas que el gobierno federal está colocando a través de la Secretaría de Gobernación, para sensibilizar masivamente a la población sobre la violencia, así en general la violencia, resultan en verdad ofensivas, al insistir y negar la existencia de la violencia contra las mujeres.
La falta de conocimiento en esta problemática por parte de la Secretaría de Gobernación, el Instituto Nacional de las Mujeres y de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, es verdaderamente preocupante, así como también lo es el que hayan tomado los recursos etiquetados para los programas y acciones que en materia de igualdad de género, salud sexual y reproductiva, violencia contra las mujeres, entre otros, para combatir esta epidemia del COVID-19, que si bien es una situación emergente e importante, eso no es justificación para que se hayan tomado esos recursos sabiendo la situación de violencia que enfrentan las mujeres en todo el país.
Recordemos que a principios de esta administración federal, se han ido eliminando algunos programas con base en la famosa circular número 1, que llevó a la desaparición de las estancias infantiles seguido de los fuertes recortes a los refugios que albergan a mujeres en situaciones de extrema violencia a nivel nacional.
Así, poco a poco va avanzando una agresiva, impositiva y renovada forma del patriarcado, la cual se enviste de una férrea defensa de sus colaboradoras de que es el primer presidente feminista, quedando en duda si están entendiendo qué es el feminismo, porque resulta vergonzante que las desdiga diciendo que es humanista con un aire de superioridad moral.
Estás practicas del patriarcado tan retrogradas como vigentes, han iniciado un proceso frontal para desmontar poco a poco a aquellas acciones, programas y proyectos que servían de algo para contener los efectos devastadores que las desigualdades provocan en la vida y desarrollo de las mujeres.
Si bien, hubo quienes se beneficiaron de manera corrupta de estos recursos en años anteriores, y ahora se ofenden de tales acusaciones y señalamientos, cuando sabemos que eran capaces de quitarles lo poco que ese proyecto proveía para las mujeres, como por ejemplo: un apoyo para las mujeres de 50 pesos y que les fueron reducidos a 20 pesos o también hubo quienes negociaron con los presidentes municipales para dividirse el recurso federal en 60-40 simulando que se llevaba a cabo, mismos que tuve la oportunidad de conocer y saber que organizaciones eran, además de reclamarle a algunos de esos presidentes municipales que se hacían los ofendidos y que ahora aspiran a la gubernatura de Michoacán.
También hubo quienes primero trabajaron en el gobierno federal y una vez que aprendían cómo destrabar y bajar esos recursos internacionales y nacionales prefirieron salir del gobierno y autonombrarse asesores y especialista a través de grandes bufetes y consorcios. Desafortunadamente, aún no se cuenta con un sistema anticorrupción eficiente y fortalecido que permita la evaluación y el seguimiento de los efectos que generó que no se aplicaran correctamente los recursos, lo que conllevo a mayor vulnerabilidad y riesgo en las mujeres y niñas.
Considero que esta historia funesta y vergonzante se debe de reconocer y hacerle frente, pero lo que no me parece ético es que las organizaciones que sí trabajaron y fueron incluso evaluadas hasta lo más profundo para luego ser castigadas injustamente para entregar los centavos, olvidando y pasando por alto los robos que se encubrieron desde la complicidad de altos niveles del funcionariado, trabajos que fueron una basura y que incluso en la ignorancia absoluta impidieron que se corrigieran barbaridades que permitían la impunidad como el renunciar a los derechos humanos por negarse a denunciar a sus agresores.
No tener claridad en todo lo que implica la violencia contra las mujeres, conlleva al planteamiento equivocado de proyectos y estrategias que como estado se tienen que llevar a cabo, lo cual puede incurrir en corrupción al invertir en recursos de manera equivocada y poco eficiente, considerando lo complejo que resulta disminuir los índices de violencia contra las mujeres y no se diga de los feminicidios.
Tal es el caso de las campañas que a nivel federal están posicionando o pretenden hacerlo, una de ellas es la que más me inquieta y tiene que ver con que se intente hacer ver a las mujeres que colaboran en el gobierno federal como presas de la “oposición misógina”, en donde sólo ellas son víctimas de la violencia contra las mujeres, mencionando que es misógina pero sin objetivarla.
La otra campaña “es cuenta hasta 10”, que igualmente pretende abordar algo parecido a la sensibilización de la violencia, así de manera muy general, omitiendo si es hacía las mujeres, las niñas o algún otro tipo de violencia si esa fuera la intensión. Esta campaña desempolva una que hace más de 30 años fue impulsada por parte de una televisora, sólo que ahora cambia el diseño pero se hace sin el conocimiento diverso y especializado en el estudio de las violencias contra las mujeres y sin el reconocimiento de sus diversas manifestaciones e implicaciones.
Me parece terrorífico suponer que lo que nos están queriendo decir de alguna manera el gobierno federal y de forma particular a las mujeres, es que hay un patriarcado fortalecido, renovado, articulado, con poder y dinero, y tantito peor, que viene en compañía del consenso conservador antiderechos de las mujeres.
Resulta evidente que no es ninguna coincidencia que aprovechando la contingencia, hayan avanzado las iniciativas más violentas que incluso contravienen los derechos humanos no sólo en contra de las mujeres sino de los grupos de diversidad sexual, es el caso del estado de Nuevo León, San Luis Potosí y Guanajuato.
Y así en cada estado hay una serie de iniciativas que están siendo aprobadas sin el mayor consenso bajo la permisividad de la “democracia”, sin importar que estén cargadas de ignorancia e imposición. Creo que aún no vemos todo lo que viene, ante el vacío y la incapacidad de objetar lo que su presidente dice, el declive de los derechos humanos de las mujeres se observa en el horizonte y éste es muy negro y no sólo asecha sino que pretende gobernar sin que haya oposición, sólo la que las mujeres estamos demostrando y del que no daremos un paso atrás.
