“¿Le consta que Diego Urik privó de la vida a Jessica?”, preguntó el defensor particular en la audiencia del juicio oral, en la que este martes se escucharon los testimonios de la madre del imputado, Anahí y de Diego S., uno de los 2 amigos, que atestiguaron el momento en el que bajó un cuerpo de su vehículo y se internó en el bosque del fraccionamiento Monarca.
“Sí, me consta”, afirmó el joven testigo, quien aseguró tener certeza del crimen que cometió Diego Urik N, la tarde del 21 de septiembre del 2020.
Diego S., aportó su testimonio amparado por un “criterio de oportunidad” que le brindó la Fiscalía General del estado (FGE), para retirar los cargos en su contra por el delito de “encubrimiento” a cambio de que aportara información fidedigna y veraz en el caso.
El joven se presentó como uno de los “mejores amigos” de Diego Urik N., y relató que la tarde de la desaparición de Jessica González Villaseñor, no solo vio el cuerpo cubierto por una manta color azul turquesa, en la cajuela del Polo gris que el imputado manejaba y como lo desapareció en la maleza, sino que lo escuchó reconocer abiertamente haberle quitado la vida con una piedra.
“Me dijo que lo había hecho con una piedra”, aseguró Diego S, al referirse a la conversación que tuvieron con “uno de sus mejores amigos” ese 21 de septiembre por la noche.
“Lo vi sin ningún remordimiento, como si nada hubiera pasado”, afirmó cuestionado por los ministerios públicos, a los que describió que esa tarde también se percató de que al interior del vehículo había un hacha, unos zapatos y una bolsa rosa, de la que sacó un celular azul y 200 pesos, que luego se gastó en el Casino.
El joven reconoció también el pans y playera negra, así como los tenis que usó esa tarde Diego Urik, y que son parte de las evidencias materiales del juicio.
Visiblemente nervioso, Diego S. evitó mirar directamente hacia el sitio donde se encontraba Diego Urik y abandonó el sitio respaldado por 3 elementos de seguridad que lo resguardan en tanto concluye el juicio.
Fui obligada a rendir mi declaración: Mamá Diego Urik N.
El número de abogados defensores de Diego Urik se amplió a 5, uno de los cuales pidió al juez a cargo, garantizar el “trasladado con dignidad” de su defendido, así como tratar con “respeto y humildad”, a la mamá del imputado, Anahí.
La mujer, se presentó como testigo, al renunciar a su derecho a guardar silencio y acusar a la Fiscalía Estatal de no haberle informado a tiempo de sus garantías individuales, así como de haber sido obligada prácticamente por un abogado particular a que acudiera ante la autoridad ministerial, bajo amenaza “de ser hostigada” horas después.
Su testimonio se prolongó por cerca de 3 horas, en las que negó de manera reiterada las afirmaciones contenidas en la declaración que rindió ante el Ministerio Público en septiembre del 2020, al explicar que el “shock” que le causó la detención de su hijo, obligó a que la medicaran y perdiera la noción de “los tiempos” e incluso de las afirmaciones que hizo.
Por ese motivo, no recordó que en su declaración inicial afirmó que su Diego Urik le había platicado “que Jessica era una niña que había conocido en una fiesta y había tenido algunos encuentros sexuales”, ni que “vía mensajes le había dicho que pasaría por ella a su casa, porque vivía por el estadio Morelos”.
No obstante, acusó que luego de rendir su declaración fue seguida hasta su casa por 3 camionetas blancas con al menos 3 policías ministeriales, que ingresaron a la vivienda y tomaron fotos, sin que ella pudiera entrar hasta horas después.
Anahí denunció también que al día siguiente fue obligada a subir a una camioneta negra que estaba estacionada por la avenida Camelinas, cerca de la escuela Rector Hidalgo, donde “una máxima autoridad” de la que se reservó la identidad, le señaló que debía ayudarlos a contactar a Diego, ya que les urgía presentarlo como detenido.
La audiencia que se prolongó por más 6 horas, fue una de las más complicadas desde que arrancó el juicio en octubre del 2020; en esta ocasión llovieron las objeciones, molestia y evidente desesperación de abogados defensores, ministerios públicos y familiares de ambas partes, ante los señalamientos y afirmaciones de los testigos.
Ante la denuncia de Jair, uno de los testigos que acusó -en la audiencia pasada- al padre biológico del imputado de amenazarlo de muerte, el juez Ariel Montoya Romero precisó que en la revisión de los videos no se apreció el momento en el que hace la señal de una pistola, pero advirtió que ante “la inquietud” que muestra, no se tolerará que sea más un factor “distractor”, por lo que ante cualquier queja será desalojado de la sala y no se le permitirá ingresar.