Jessica González Villaseñor forcejeó y luchó por su vida. Este 21 de septiembre se cumplen 4 años del feminicidio de la joven que marcó un antes y un después en la lucha por alcanzar justicia, nunca antes una familia emprendió una lucha de tal magnitud para lograr la detención y luego procesamiento de un feminicida.
Su mamá Verónica Villaseñor Ferreyra; su papá Martín, así como sus hermanos Cristo y Adrián han puesto ejemplo de perseverancia ante autoridades y leyes que dejan resquicios y lagunas para beneficiar a los criminales.
El cadáver de la joven maestra fue localizado el 25 de septiembre del 2020, en el fraccionamiento Bosques Monarca, en un predio rústico y boscoso, cercano a un arroyo de 1.5 metros de ancho.
De acuerdo a la descripción de peritos, el cuerpo se encontraba a 4 metros del arroyo, sobre una vereda improvisada, boca arriba; tenía una mano sobre el abdomen y otra sobre la cabeza; estaba semidesnuda, con una blusa café jalada hacia arriba, el sostén en abdomen y los senos expuestos, sin “prendas íntimas”, ni pantalón y descalza.
En el informe del médico forense se consignaron 31 golpes, el cuerpo estaba a 75 metros del cuerpo se encontró una “sábana o cubre colchón” color azul, además de que se embaló un reloj de manecillas que tenía puesto la joven, los cuales se anexaron a las evidencias del caso.
Las cámaras de seguridad del fraccionamiento, revelaron que a las 16:22 horas del 21 de septiembre del 2020, el vehículo Polo Gris que utilizaba Diego, ingresó con 2 hombres a bordo; a las 16:43 horas salió un hombre con un guante azul y a las 17:48, ingresaron un hombre y una mujer.
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En el peritaje se estableció que Jessica estaba de frente a su victimario cuando recibió el ataque que la privó a la vida. Solo una persona la habría asesinado al someterla totalmente.
Mostraba golpes y escoriaciones en cabeza, cara, nariz, ojos, labios, cuello, brazos, tórax, muslos, piernas y huellas de violación sexual. La maestra recibió un trato cruel de su homicida.
Los golpes que recibió en la cabeza acabaron lentamente con la vida de esta joven que soñaba con estar frente a grupo. No tuvo una muerte súbita o instantánea, su vida se escapó de su cuerpo poco a poco, pudo durar minutos u horas en agonía.
Su padre encabezaba el grupo de búsqueda y fue uno de los primeros en ver por primera vez el cuerpo de su hija sin vida. Su hermano Cristo, fue el responsable de realizar la identificación de los restos.
Tras un largo proceso legal, en febrero del 2023, Diego Urik Mañón Melgoza fue condenado a una pena de 50 años de cárcel, por el feminicidio de la joven Jessica González Villaseñor, luego de que el juez Ariel Montoya Romero consideró que se aportaron los elementos para determinar el grado máximo de culpabilidad por el crimen que cometió el 21 de septiembre del 2020.
De igual forma, lo condenó a pagar 1 millón 246 mil 986 pesos, de los cuales, 14 mil 786 se consideran de gastos funerarios y 1 millón 232 mil 200 pesos de indemnización.
En su argumentación, el juez afirmó que se acreditó el sufrimiento innecesario que causó Diego a Jessica y su falta de respeto hacia ella como ser humano, al asegurar que cometió el crimen como la máxima expresión de la violencia de género.
Sin embargo, meses después, el magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca Vázquez, disminuyó 7 años de cárcel la sentencia, al considerar que se aportaron las pruebas suficientes para determinar el grado máximo de culpabilidad.
Tras resolver el recurso de apelación que promovió el joven, el integrante del Poder Judicial de Michoacán determinó bajar a 43 años de cárcel la sentencia.
La Familia de Jessica González Villaseñor, mantuvo firmes las acusaciones contra el feminicida durante un largo proceso judicial que se prolongó por 119 horas con 16 minutos, que duraron las 31 audiencias de juicio oral, hasta que se le dictó la pena máxima de cárcel.
El caso fue llevado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego de que los magistrados José Valle Hernández, David Huerta Mora y Froylán Muñoz Alvarado, integrantes del Tribunal Colegiado en Materia Penal del Décimo Primer Circuito, rechazaron concederles el amparo contra la disminución de la pena máxima.
La señora Verónica Villaseñor ha denunciado que el feminicida de su hija viva con una serie de privilegios al interior del CERESO Mil Cumbres, donde además de comer y tomar lo que quiere, conoce que incluso recibe visitas conyugales.
Jessica estaba enamorada de Diego Urik, quería una vida normal, hoy aún espera justicia.
