Ante la falta de medicamentos e insumos que padece desde hace 20 años el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los médicos se han visto obligados a recurrir a una práctica de sustitución de tratamiento, en la que a los derechohabientes se les receta un medicamento que funciona para tratar otra enfermedad similar a la que tienen, o por lo menos un fármaco no tan efectivo, con la finalidad de abatir el desabasto y el número de recetas no surtidas.

El médico urgenciólogo y exdirector del IMSS de Charo, José Guadalupe Rodríguez Vargas, denunció que esta práctica se da desde hace por lo menos dos décadas, al referir que se les ha solicitado a los médicos también no prescribir los medicamentos que no están en existencia, lo que vulnera a los pacientes y los expone a desarrollar otros padecimientos físicos.
“Estaban implementando como mecanismo de control el que para abatir el número de recetas no surtidas ellos proponían al médico que no prescriban el medicamento que no hay, ese era su mecanismo de control para abatir el desabasto y el otro era la sustitución terapéutica y lo venimos haciendo desde hace 20 años”.
El médico ejemplificó que de las 100 claves de medicamentos que deben surtir, en ocasiones llegan 25 y no en la cantidad suficiente para cubrir la demanda, razón por la que los mismos derechohabientes se ven obligados a adquirirlos en farmacias privadas.
De igual forma, refirió que en los siete hospitales rurales de la entidad también padecen de un desabasto y carencias en los insumos básicos de atención a la salud.