“Deudas y mentiras andan, de ordinario, barajadas juntas”. Francois Rabelais (1494 – 1553) Escritor, médico y humanista francés.
“No más deuda para Michoacán” señaló el entonces candidato a gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, durante el debate que organizó el grupo de periodistas “Morelos” el pasado 17 de mayo.
Semejante compromiso se incumplió, el lunes 18 de octubre el secretario de Finanzas, Luis Navarro García informó que contrataron una “línea de crédito por 1 mil 400 millones de pesos”, para pagar quincenas de los profesores.
Ante las promesas incumplidas del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que primero comprometió el 8 de septiembre mandar 3 mil 822 millones de pesos extraordinarios, y luego que 1 mil 800 millones para pagar 5 quincenas el 15 de octubre, la contundente realidad obligó a Ramírez Bedolla a romper su compromiso.
A pregunta expresa durante el debate de mayo pasado, el entonces candidato de Morena al gobierno estatal contestó: “es muy claro, yo como legislador voté en contra de la deuda de 4 mil millones de pesos que pidió el actual gobernador Silvano Aureoles Conejo, ya es muy grande la deuda que tiene Michoacán… no más deuda para Michoacán”.
Así de contundente. Una declaración en esos términos indudablemente gana votos. Ante la crisis financiera que arrastra la entidad desde la administración de Lázaro Cárdenas Batel y que se ha agudizado paulatinamente, un compromiso así de concreto es bienvenido.
Pero la abrumadora realidad nos recordó que una cosa es prometer en campaña y una muy diferente es gobernar. O como decimos entre amigos, no es lo mismo ser borracho que cantinero.
Ni hablar, López Obrador y varios integrantes de su gabinete siguen dando atole con el dedo, prometen y no cumplen; lo más grave es que le mienten y atropellan a un gobernador que recién llega y no se ha cansado de presumir los recursos extraordinarios que presuntamente mandaría la Federación.
Peor aún, el pasado lunes, Luis Navarro informó que difícilmente llegará dinero extraordinario en lo que resta del año, ante el desorden financiero y administrativo que padece la entidad. Así que el futuro inmediato sigue siendo muy complicado.
Por lo pronto, en el último informe trimestral que entregó el Ejecutivo al Legislativo, desglosa que los créditos de largo plazo vigentes suman casi 20 mil millones de pesos:
- 1 con Banorte S. A., por un monto de 499 millones 193 mil pesos.
- 1 con DEXIA S. A., por 808 millones 324 mil pesos.
- 2 con Bajío S. A.: 1 por 600 millones 163 mil pesos y otro por 2 mil 43 millones.
- 1 Banca Afirme, S. A., por 383 millones 119 mil pesos.
- 1 con Banco Mercantil del Norte por 2 mil 35 millones de pesos.
9 créditos con Banobras, S.N.C; por los siguientes montos:
- 925 millones 967 mil pesos.
- 712 millones 814 mil pesos.
- 3 mil 512 millones 808 mil pesos.
- 1 mil 414 millones de pesos.
- 2 mil 417 millones de pesos.
- 1 mil 969 millones de pesos.
- 567 millones 154 mil pesos.
- 924 millones 369 mil pesos.
- 1 mil 059 millones 802 mil pesos.
Falta conocer el monto total de la deuda a corto plazo, con proveedores y terceros institucionales que dejó el gobierno de Silvano Aureoles y que podría superar en total, los 50 mil millones de pesos, como ya lo ha declarado el gobernador Ramírez Bedolla.
Así que el remedio inmediato fue la contratación de más deuda a corto plazo y próximamente, la reestructuración de la deuda a largo plazo, con el objetivo de “ahorrarse” entre 400 y 500 millones de pesos anuales en el pago de la deuda; lo que también implica una nueva sospecha de corrupción ante el pago de comisiones y la posible contratación de carísimos despachos que “asesoren” para encontrar la mejor opción.
Veremos ahora, si ante el desorden que el gobierno morenista ha señalado, le alcanza para transparentar y mejor aún, para procurar una ejemplar rendición de cuentas; y veremos si Alfredo Ramírez ya tiene claro que no puede seguir confiando a ciegas en López Obrador.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
