Esperaba mucho más, y tardó en darse cuenta de lo que había perdido. Perdió a la clase media, aquél sector de la población que le otorgó su confianza y le dio el triunfo en 2018, y que ahora le da la espalda con el voto de castigo; el presidente y Morena perdieron al sector de votantes que definenen las elecciones.
A mitad de su gobierno, comienza el desgaste de la administración federal ante los nulos resultados. La crisis sanitaria por el Covid19 vino a desnudar a un gobierno que a pesar de ejercer el poder absoluto, no ha podido ser un gobierno para todos los mexicanos.
En la pasada jornada electoral del 6 de junio, sin duda que Morena obtuvo el mayor triunfo, territorialmente logró las mayorías de las gubernaturas. Del lado de la oposición, en la alianza PRI, PAN y PRD, hubo vitorias fuertes con participaciones altas. Si el objetivo era restarle mayoria a Morena en el Congreso Federal,se logró. De ahí el enojo presidencial, porque en lo que resta de su sexenio, será dificil que sus reformas prosperen.
Pero ¿qué es o cómo definir a la clase media? De acuerdo al último censo del INEGI, la clase media la constituyen 42.2 por ciento de los hogares mexicanos. Son familias de quien la cabeza del hogar cuenta con al menos el nivel medio superior, familias con casa propia, o que la estan pagando, con álgun crédito en el banco y los hijos asisten a escuelas públicas.
En semanas pasadas, el presidente arremetió en contra de quienes no favorecieron a Morena, acusándolos de pertenecer a la clase media: “Un sector de la clase media que es muy individualista, le da la espalda al prójimo, aspiracionista que lo que quiere es ser como los de arriba y encaramarse lo más alto posible, con la mentalidad de que “el que no transa no avanza (…) Hay que sacar a millones de mexicanos de la pobreza y volverlos clase media, pero con los valores del humanismo, la fraternidad” externó el presidente Andrés Manuel López Obrador, en una de sus conferencias mañaneras.
Las clases medias son un concepto social y políticamente relevante porque identifican a grupos que tienen en común su apuesta por la superación, el deseo de mejorar su condición económica y de tener acceso a diferentes satisfactores sociales, empezando por la educación. Por ello, son un indicador del nivel de desarrollo de un país.
Para el presidente, ser aspiracionista, es malo. Asi pues, el defecto de las clases medias es que son “aspiracionistas” y conservadoras, pues quieren “salir adelante a toda costa”, pero, sobre todo porque son incapaces de dejarse convencer por el proyecto de la 4T.
Hay millones de historias de esfuerzo en este país, que no merecen ser encasilladas en un proyecto político que abona a la segmentación y polarización de nuestra sociedad.
Mi padre fue migrante, mi madre es médico, estuvieron separados por años para darnos educación a mis hermanos y a mi, a los 18 años salí de mi casa en busca de mis propios sueños y siempre encontré su respaldo, en la Universidad trabajé como mesera en mis vaciones para ayudar a pagar mis estudios. Fui y sigo siendo aspiracionista.
Hay millones de mexicanos que no venimos de la mentalidad del presidente, que se aferra a decir que quien no tranza, no avanza.
Hay millones de mexicacnos que venimos de la mentalidad del esfuerzo y cultura del trabajo, porque la educación se mama desde casa.
Asi que no dejemos que por una ambición personal, nos dividan en un discurso de lucha de clases, AMLO ahonda la polarización de la sociedad mexicana y alimenta el rencor social y el odio.
¡Qué cosa puede ser más aspiracionista que querer ser presidente del país en tres ocasiones!
A tiempo.
