“Los cazadores atrapan las liebres con los perros, muchos hombres atrapan a los ignorantes con su adulación”. Plutarco (50 – 125). Escritor griego.
El jueves 2 de abril del presente año México lamentaba el fallecimiento de 50 personas a causa del COVID-19, a la par que la angustia se apoderaba de más de mil 500 personas que, según las cifras oficiales, habían dado positivo a este padecimiento.
La crisis por la pandemia se agudizaba en varias partes del mundo ante la ignorancia que prevalecía para atacar contundentemente a este virus letal, de fácil propagación y comportamiento irregular en quienes lo padecen.
Y sin embargo y para sorpresa del mundo entero, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador señaló en su mañanera, aquel jueves 2 de abril, que la pandemia le había caído a su gobierno, como anillo al dedo.
Dijo textual: “ayer usé por primera vez el término crisis transitoria, esto no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”.
No encuentro argumento para defender semejante error de López Obrador. Ni será una crisis transitoria, ni tampoco hay evidencias contundentes de su lucha contra la corrupción y no veo cómo pueda salir fortalecido su gobierno.
Tampoco la pandemia se ha domado, como lo aseguró el Ejecutivo Federal y su flamante y lambiscón subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell en reiteradas ocasiones, desde el 27 abril del presente año, cuando el Coronavirus había cobrado la vida de mil 400 mexicanos y se habían confirmado más de 15 mil contagios.
Lo sorprendente, es que tras semejantes errores que ha cometido el gobierno de López Obrador para hacerle frente a la pandemia, haya funcionarios que, en aras de lambisconear a su jefe, se atrevan a repetir que el COVID-19 le cayó como anillo al dedo a la actual administración federal.
Es el caso de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, quien este martes 17 de noviembre comentó, al inaugurar la Semana Nacional de Transparencia 2020, que “la crisis por el COVID-19 vino como anillo al dedo a la Cuarta Transformación ya que, por décadas, durante el periodo neoliberal, las emergencias se convirtieron en terreno fértil para esa corrupción estructural, en terreno fértil para que las grandes corporaciones, los grandes intereses económicos y privados se apropiaran cada vez más de lo público”.
La declaración de López Obrador el 2 de abril del presente año, indudablemente es un error que marcará a su administración, pero que lo haya repetido Irma Eréndira, cuando la suma de muertos está por llegar a los cien mil y los contagiados suman más de un millón, según las cifras oficiales, es decir, sin considerar la cifra negra, entonces se convierte en una rotunda estupidez.
No hay palabras que puedan describir la insensibilidad de varios de los que conforman este gabinete, donde a ratos parece, por el nivel de lambisconería, que realmente ven a López Obrador como su dios.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
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