No, no es un eslogan, no es un dicho, no es algo que nos hayamos inventado, resulta que la falta de reconocimiento por parte del gobierno federal en materia de desigualdad de género y violencia, ha implicado una reducción de recursos públicos en áreas sustantivas en donde las mujeres tienen un rezago que podría incluso incrementar los índices de mortalidad y acentuar las desigualdades de género.
Esta lógica de distribución y asignación presupuestal que se ha establecido en esta administración federal en donde la población en general, es decir toda sin excepción, tiene que hacer “sacrificios” ya que la distribución de los recursos no obedece a una lógica equitativa sino más bien a la priorización de ciertos proyectos y áreas, en los que las mujeres evidentemente no somos importantes.
Por ejemplo, en la siguiente tabla se muestra la propuesta de recorte presupuestal para este 2021, en áreas y programas sustantivos para las mujeres.
Fuente: Congreso de la Unión, presupuestos públicos del anexo 13.
Si bien, durante años muchos de estos recursos se convirtieron en concesiones a quienes no necesariamente tenían un compromiso con las mujeres sino con quien se prestaba a actos de corrupción, como algunas organizaciones de la sociedad civil en Michoacán, que gestionaban con diversas autoridades, principalmente con presidentes municipales el famoso 60/40, quedando en un acuerdo de silencio y complicidad, donde se simulaba la realización de un proyecto pero que en realidad los recursos se distribuían entre esas partes, incluso hay quienes aspiran a la gubernatura o bien forman parte de un partido político, una mujer que le pedía a las señoras de los 50 pesos de apoyo que se les daba para emprender sus negocios que les regresaran 30, así la mezquindad de quienes defienden la criminalización de las mujeres y el ejercicio de sus derechos humanos, dirían en mi pueblo “en el nombre de DIOS te chin…”.
No creo que nadie se oponga a un combate frontal a la corrupción, para ello considero fundamental fortalecer los distintos mecanismos que la ciudadanía va construyendo a golpe de trabajo insistente y permanente, con la finalidad de que haya una verdadera transparencia en el ejercicio de los recursos públicos, así como en quienes lo ejercen y quienes lo reciben, con el propósito de parar esta infame lógica discrecional, así como el robo y desvió de los mismos.
Aunque es pertinente señalar que también se requiere de verdaderos procesos de planeación y participación ciudadana, no como los que conocemos ahora que únicamente se les pide opinión sobre las obras a realizar porque la lógica sigue siendo la misma, las obras son las que se ven y son las que dan votos, no así la atención a las necesidades más apremiantes que demandan las mujeres y los hombres de esa colonia, tenencia, municipio y estado.
Ejemplos hay millares, pero los que han calado hondo por el hartazgo y el dolor que provoca en muchos sectores de la población son aquellos que tienen que ver con la atención a la violencia contra las mujeres y la prevención de los feminicidios; la violencia sexual que se ejerce en contra de niños y niñas principalmente y que luego son asesinados; la seguridad pública ante el incremento de la violencia y el dominio de diversos carteles de la droga y armas que se disputan el dominio territorial, el cual puede abarcar una cuadra o varios estados y lo pueden hacer con total impunidad ya que van desde un secuestro o desaparición hasta el desmembramiento y creación de una fosa común en donde los cuerpos son apilados en sitios cuyo acceso geográfico es complejo.
Ahí tenemos a las mujeres rastreadoras que no cuentan con el apoyo gubernamental ni siquiera se les provee de agua y seguridad para cuando exploran ciertos territorios que regularmente son de difícil acceso geográfico y de control del narco, en los que hay indicios de restos humanos y que son recorridos con la esperanza de encontrar a sus hijos o hijas en situación de desaparición.
Y por si esto no bastara ahora tenemos una práctica ya establecida del crimen organizado en la que reclutan a menores de edad, para después torturarlos, asesinarles, desmembrarles y ser tirados a la basura, como aquí en nuestro estado, que cuando vivimos la declaratoria de Guerra contra el crimen organizado, a través del Operativo Michoacán, estos grupos reclutaban a niños para actividades de halconeo para después integrarlos como sicarios. Esta situación en particular me parece no sólo preocupante sino de atención prioritaria y urgencia nacional, por lo que esto significa ya en la construcción sociocultural que tenemos, en donde la deshumanización es una estrategia que representan el control absoluto y el dominio no sólo territorial sino de las vidas que le componen.
Otros de los graves problemas que enfrentamos es la deficiente política pública en materia de salud, en la cual los servicios de atención son de baja calidad y con muy mala atención por parte de los prestadores/as de servicios de los que destaco los de salud sexual y reproductiva, muestra de ello es la violencia obstétrica principalmente hacia mujeres indígenas o con extrema pobreza.
Si estos problemas no son una prioridad para el gobierno, entonces debemos pensar muy bien a quien estamos entregando nuestro voto, nuestra posibilidad de poder ser tomadas en cuenta en lugar de ser utilizadas por los partidos políticos, recientemente en Estados Unidos fueron las mujeres como aquí hace dos años que nuestro voto implico la transformación que queríamos, pero lo que hemos obtenido es el desprecio por nuestras prioridades y necesidades en donde nuestra vida se pone en juego nuevamente y ya estamos hartas.
