El presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoció por segunda ocasión consecutiva en la misma semana que México enfrenta una crisis transitoria derivada de la Emergencia Sanitaria por el COVID-19 y la problemática económica derivada de la recesión mundial y el desplome del precio del petróleo.
En la mañanera descartó que el país se encuentre en “una debacle”, al señalar que “son mucho más nuestras fortalezas que nuestras debilidades o flaquezas” y que la situación será pasajera.
“Si quisiéramos ser más profundos, diría una crisis transitoria de salud pública, incluiría también lo económico. Crisis transitoria, esto significa que vamos a salir pronto, que no es una debacle”.
López Obrador dijo también no coincidir en las estimaciones que se establecieron en los Criterios Generales de Política Económica para 2021 que entregó su administración este miércoles a la Cámara Federal de Diputados y donde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHP), calcula que México cerrará este año con una caída de 3.9% en el Producto Interno Bruto (PIB).
El mandatario consideró incorrecto realizar una estimación en las condiciones actuales del país, ya que se encuentran fuera de la normalidad. Y puso como ejemplo su apreciación del precio del barril de petroleo.
“Que ahora tampoco coincido. Mire, para empezar, no existe normalidad económica por razones obvias, todo está alterado. Yo, por ejemplo, sostengo que el precio del petróleo va a aumentar. Si hacemos un pronóstico para lo que va a suceder en el 21, porque así es, son pronósticos para el 21, cuando estamos en el primer trimestre del 20, pues no se me hace correcto”
Informó también que durante este año México alcanzó una producción petrolera superior a la del 2018, ya que contabiliza un millón 800 mil barriles diarios, pero la meta es aumentar 400 mil barriles adicionales, con la idea de no depender de la venta del crudo al extranjero.