Resulta que algunos hombres “destacados académicos” y aspirantes a las gubernaturas están muy ofendidos por haberles expuesto mediáticamente al manifestar su negativa a seguir el ordenamiento del principio de paridad de género aduciendo que no es obligatorio o vinculante, aunque en los estatutos de sus partidos estos sean parte de los ordenamientos legales. También, están molestos los personajes de la academia que se consideran “feministas” y se molestan por la violencia que evidentemente realizan y que además niegan que no es así, pero lo más vergonzoso es que salga un grupo de mujeres que se posicionan como feministas señalando que ese hombre que se señala injustamente de misógino y sexista es el más feminista de todos, lo cual no sólo es inadmisible sino ridículo.
Este año ha sido el más complejo, incomprensible y aberrante por lo que han vivido y enfrentado muchas familias en nuestro país ante esta pandemia del COVID-19, pero también ha sido el año en que las mujeres, principalmente el movimiento feminista, volvimos a la calle, con más fuerza y radicalismo a la calle para gritar ¡JUSTICIA!, además de poner nuevamente en la agenda pública y política el tema de la violencia feminicida como una emergencia nacional que debe ser atendida de manera inmediata y puntual, y esto desafortunadamente no esta pasando.
Otro hecho relevante ha sido la iniciativa 3 de 3, impulsada por las compañeras de la organización social civil denominada Las Constituyentes que consiste en que los candidatos varones que desean acceder a representar a sus partidos políticos a la candidatura gubernamental de sus estados, no sean deudores alimentarios o bien no tengan denuncias por violencia familiar y sexual, por lo que quien incurra o haya realizado estas conductas será descartado, por lo que eso enerva a quienes ya se sienten elegidos en la transición gubernamental.
La violencia machista ejercida les hace justamente tener actitudes y discursos en los que demuestran que no están nada contentos, porque aun les cuesta mucho trabajo comprender que las mujeres están yendo por sus derechos humanos y tirando los privilegios hegemónicos que siempre han defendido y tenido los hombres, principalmente en los temas de derechos políticos y participación política y ciudadana.
Casi siempre la retórica machista de justificación es que no hay mujeres a quien postular, cuando los partidos están integrados ampliamente por mujeres, pero persiste la idea de que las mujeres son parte del feudo, que los dueños de los partidos políticos han generado, por lo que las mujeres que militan en los mismos son invisibilizadas y por supuesto nunca terminan de ser completas, capaces, inteligentes, para que puedan representar a la población michoacana.
Hasta cierto punto es disfrutable que estén tan enojados, molestos y que contesten de tal forma que lo único que han evidenciado es la gran ignorancia en materia de derechos humanos de las mujeres y sus derechos políticos. Sin embargo, no podemos dejar pasar que han iniciado una gran batalla jurídica para hacer improcedente que el principio de la paridad sea legitima y con ello obligatoria, y esto nos habla a todas luces de la violencia que ejercen los hombres para desmontar la plataforma de igualdad no sólo horizontal sino vertical lo cual rompe con el estado hegemónico y patriarcal en la que sostienen el poder y del cual se han beneficiado todo el tiempo en toda la estructura gubernamental en sus tres niveles y poderes.
Las mujeres que militan en los partidos políticos y que aspiran ser gobernadoras, tendrán que establecer ahora más que nunca un acuerdo de unión y de género, hacer una realidad la democracia genérica y poner en el centro una agenda ética, no patriarcal, sin discriminación y sin violencia, pero en la cual ellas también hagan efectiva la transparencia de sus bienes y recursos, que no haya duda alguna de que su posición sea a favor del adelanto de las mujeres y que nuestros derechos sean comprendidos de manera integra, indivisible y universal para ser respetados.
La oportunidad política existe y es real, para las mujeres que han trabajado mucho para construir este momento. He tenido la fortuna de participar con algunas de ellas y he conocido su gran pasión, inteligencia y ética que han ejercido en la función pública, mujeres hay muchas y elegibles, el asunto es ver quien rompe con este pacto patriarcal, misógino y sexista en las que el discurso y la incongruencia las persigue, quiénes romperán con eso pactos de poder y de subordinación ante las injusticia y encubrimientos que sus compañeros vergonzosamente han hecho de la participación política un espacio peligroso y violento.
Es importante que sigamos de cerca de que tamaño es el enojo de estos machos, ya que me preocupa que la violencia escale a tal nivel que pueda haber varias denuncias de violencia ante el Instituto Electoral de Michoacán y el Tribunal Electoral del estado de Michoacán, incluso tentativas de feminicidio, para sacarlas de la jugada, que la violencia sea el factor que determine no sólo la democracia sino la conducción política del estado, en donde puede legitimarse por así decirlo el uso de la violencia contra las mujeres como herramienta para el ejercicio del poder avalada por un macho enojado como gobernador.
