El Juez de Oralidad, Ariel Montoya Romero convocó a nueva audiencia para el 3 de febrero a las 9:00 horas, para la individualización de la sentencia en contra de Diego Urik Mañón Melgoza, por el feminicidio de Jessica González Villaseñor.
Con lágrimas en los ojos, la mamá de la víctima, Verónica Villaseñor Ferreyra advirtió que la pena máxima no será suficiente para castigar al asesino de su hija, consciente de que “será lo mínimo” que podrán obtener tras más de 2 años y 4 meses del proceso judicial.
Junto a su esposo Martín y su hijo Adrián, consideró que tras el fallo condenatorio, el feminicida tendrá un castigo, pero no habrá justicia para su hija.
Tras más de 2 años y 4 meses en que permaneció fuerte para ayudar al proceso judicial, la mujer se dijo vencida por el dolor que le generó escuchar una vez más la crueldad con la que fue tratada su hija, antes de que le arrebataran la vida.
Pese a sentirse en peligro ante la negativa de la familia de Diego a aceptar el delito que cometió el joven, llamó a que el juez le imponga la pena máxima.
De acuerdo al artículo 120 del Código Penal del estado, a quien cometa el delito de feminicidio “se le impondrá una pena de entre 25 y 50 años de prisión”.