Al conmemorar el 460 aniversario luctuoso de Vasco Vázquez de Quiroga y Alonso de la Cárcel, conocido como Vasco de Quiroga, el académico Jesús Alejandro Cravioto Lebrija recordó al ilustre primer obispo de Michoacán como un faro de luz que defendió los derechos de los indígenas y trabajó para guiar a los poblados michoacanos hacia una civilización del amor.
El orador oficial describió a Tata Vasco como un hombre profundamente religioso, sobresaliente por su elocuencia y su lucha contra las injusticias. Destacó que entre sus legados se encuentran la fundación del Colegio de San Nicolás, los pueblos-hospitales, el hospital de la Asunción y la edificación de numerosas parroquias.
“Fue un auténtico faro de luz que supo guiar a la comunidad hacia lo que hoy conocemos como la civilización del amor. Tata Vasco fue un homo religiosus que, con su persuasiva palabra, mansedumbre y virtud, luchó hasta el sacrificio contra la ignorancia, el poder y la miseria”, expresó.
Asimismo, resaltó la relación cercana de Vasco de Quiroga con las comunidades michoacanas, especialmente tras interceder contra las vejaciones perpetradas por Nuño de Guzmán. A partir de ello, logró organizar a las comunidades respetando sus valores y traduciendo el ideal del amor en acciones prácticas.
Cravioto Lebrija señaló que, en la actualidad, enfrentamos nuevos “Nuños de Guzmán” que atentan contra los hospitales, una de las más nobles instituciones fundadas por Don Vasco. Advirtió que estos pueden convertirse “en auténticos campos de exterminio” donde se priva de la vida a los niños no nacidos.
“Nadie tiene el derecho de disponer de la vida de los demás. Es la sangre de inocentes la que clama justicia al cielo, y Michoacán no podrá alcanzar la paz social mientras no se respete la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural”, afirmó.
Finalmente, la Universidad Vasco de Quiroga rindió homenaje a su fundador en el monumento erigido en su memoria, ubicado en el Jardín de las Rosas, en Morelia.