El desarrollo de vacunas contra la COVID-19 ha sido una prioridad en aquellos países que destinan una gran parte de sus recursos económicos hacia esta actividad.
Al respecto y afortunadamente, México, no canta mal las rancheras. Y no me refiero a la inversión económica para el desarrollo científico, sino a la inversión del talento mexicano para completar el desarrollo de una vacuna conocida como “Patria” y que, a continuación, descubriremos si en realidad es 100% mexicana.
Esta vacuna funciona de manera distinta comparada con las ya existentes, pues, para que pueda protegernos en contra de la COVID-19, ésta emplea a un virus atenuado (es decir, que no tiene la capacidad de producir enfermedad en los seres humanos) conocido como virus de la enfermedad de Newcastle, que sirve para que nuestro sistema inmune pueda producir anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2.
A propósito, es muy importante señalar que, esta técnica que emplea a este virus de enfermedad de Newcastle comenzó desde el año 1987, por lo tanto, se tiene un amplio conocimiento de cómo funciona y cómo se puede emplear en la generación de nuevas vacunas, relativamente de forma rápida.
Por otra parte, el origen de esta vacuna contra la COVID-19, se anunció por primera vez en diciembre de 2020, por un grupo de científicos lidereados por el Dr. Peter Palese del centro de investigación en Microbiología de la Escuela de Medicinaa Icahn en la institución conocida como Monte Sinaí, ubicado en New York, Estados Unidos.
Pero, si su origen fue en un instituto de investigación estadounidense, ¿cómo fue que llegó a México?
La respuesta a esta pregunta no es clara, pues el gobierno federal a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología no ha transparentado los términos en los que esta vacuna llegó a México, enviando un mensaje erróneo a la población haciéndonos creer que su desarrollo es 100% mexicano, cuando no lo es.
No obstante, la idea e iniciativa es excelente, pues su producción y los experimentos en seres humanos que se han desarrollado, y que se seguirán desarrollando en nuestro país, lo cual llevará a algunas ventajas, entre ellas, la economización y la rapidez en cuanto a la adquisición de vacunas en un futuro no muy lejano.
Para lograr el objetivo anteriormente mencionado, el laboratorio Avi-Mex S.A. de C.V., asumió la responsabilidad para el desarrollo y la coordinación de los experimentos en seres humanos en colaboración con el CONACyT y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), bajo la dirección de los médicos Laura Castro y Niels Hansen.
Actualmente la vacuna Patria se encuentra registrada de forma debida ante las instituciones internacionales que regulan la investigación farmacológica en seres humanos, misma que podemos encontrar en el siguiente enlace: https://clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT05205746?draw=2
Por consiguiente y con base en los datos del registro sobre la experimentación en seres humanos, al momento se ha concluido con la primera fase de manera exitosa, lo que permitió comenzar con la segunda, esperando terminar todos los experimentos en enero de 2023.
Apara concluir, estimado lector, aunque la vacuna Patria no sea 100% mexicana, es necesario reconocer el esfuerzo de los científicos mexicanos al hacerse responsables de lo que en un futuro no muy lejano y con la autorización para uso de emergencia de los organismos reguladores como la COFEPRIS y/o la FDA, México podrá contar con una vacuna, al menos producida dentro del territorio nacional.
Hasta pronto querido lector, nos vemos en la próxima.
