Un Tribunal de Alzada, encabezado por el Magistrado Juan Antonio Magaña de la Mora, determinó disminuir 5 años a la sentencia de 27 años de cárcel que dictó la jueza Amalia Herrera Arroyo para cada uno de los policías de Morelia, Juan Manuel Jacobo Jacobo y Julio Arlei Saldaña García, por el homicidio calificado del joven Julio César Chagolla Salcedo.
En consecuencia, cada uno de los sentenciados tendrán que cumplir con 22 años en prisión, tomando en consideración que están privados de su libertad desde el 26 de agosto del 2020.
Al resolver la apelación que presentaron los abogados particulares de cada uno de los sentenciados, el magistrado desestimó cada uno de los elementos que expusieron, al señalar que no comprobaron ninguna circunstancia diferente a la que se presentó durante el juicio.
Sin embargo, consideró que debe tomarse en cuenta como factores que benefician a los acusados el hecho de que no se demostró su calidad de reincidentes, “por lo que se trata de delincuentes primarios, que son de utilidad para la sociedad”, y no se demostró que fueran adictos o algún tipo de droga o estupefaciente.
De igual forma, expuso que la pena de 27 años no corresponde al grado de culpabilidad que determinó la jueza y que fue superior al mínimo, nivel al que corresponde una sentencia de 22 años.
Además, confirmó los demás aspectos del fallo impugnado, por lo que Juan Manuel Jacobo Jacobo y Julio Arlei Saldaña García, deberán realizar el pago de la reparación del daño por 623 mil 493 pesos y los honorarios de los asesores legales.
En su sentencia, el magistrado afirmó que quedó plenamente acreditada la responsabilidad de los uniformados en la muerte del joven, la noche del 12 de agosto del 2020.
De acuerdo a los testimonios de vecinos e incluso otros 3 policías municipales que asistieron a reforzar a sus compañeros, quedó comprobado que el joven ingresó esa noche a un domicilio que no era el suyo en la calle Ganadería de Jesús Cabrera, en el Fraccionamiento Jardines del Toreo, en Morelia, por lo que los propietarios llamaron a seguridad, que requirió a la Policía municipal.
Julín padecía de una enfermedad neurológica, por lo que asustado comenzó a quebrar los cristales de la casa y salió corriendo con las manos en alto y empuñadas, cuando llegaron los policías, Juan Manuel Jacobo y Julio Arlei.
Ambos comenzaron a correr atrás de él, mientras su papá, Julio César Chagolla Monge, les insistía en que no representaba ningún peligro.
Sin embargo, metros más adelante, Julio Arlei se tropezó y se hirió en el muslo derecho, desde ahí le disparó a la víctima, quien al voltear recibió otro disparo en el pecho del policía Juan Manuel; corrió todavía durante 30 o 60 segundos y cayó muerto, derribado por los uniformados.
El joven murió por hemorragia interna, luego de que la bala laceró su corazón y el pulmón derecho; también resultó herido en mano y pierna izquierda.