Morelia, Mich.- “Yo recuperar a los niños, nada más. Eso es lo que quiero, que regresen conmigo. Porque sé que no tienen para darles nada, ni amor. Si los quisieran, no les estarían haciendo el daño que les están haciendo ahorita”.
Con estas palabras, Margarita Zamudio González, una mujer de 74 años, pidió a las autoridades intervenir para localizar a sus nietos, dos menores de edad que, asegura, fueron sustraídos por su mamá, que perdió la custodia por violencia familiar y que los ha mantenidos ocultos sin que hasta ahora se conozca su paradero.
La abuela relató que su mayor temor es la seguridad de los pequeños: “Mi preocupación es qué les están dando para tenerlos tan dormidos, con qué los está engañando. No salen los niños, no los vemos, los tiene escondidos. ¿Pero qué les da? Temo por sus vidas”, dijo en referencia a su hija, Teodora Ayala de 38 años, que de manera ilegal a sus nietos.
En su testimonio señaló directamente a la presunta responsable y recordó los múltiples llamados que le hizo en el pasado: “Yo se lo dije muchas veces: no te lleves a los niños, no los estés engañando ni los estés haciendo sufrir. Lo hace por lastimarme también. Me duele, pero ella lo quiso, ella lo buscó”.
El caso, explicó, ya fue denunciado ante la Fiscalía, pero a la fecha no hay avances claros. “Yo ya no puedo buscarlos, tengo 74 años y mi salud no me permite estar yendo todos los días a la Fiscalía. Solo pido que actúen, que los busquen y que me regresen a mis niños”.
Hace 31 días que Gabriel y Ramón, estudiantes de secundaria, desaparecieron del hogar donde vivían bajo su cuidado. Desde abril de 2022, ella obtuvo la custodia legal, luego de un juicio en el que se acreditó violencia física, maltrato y negligencia por parte de la madre de los niños, Teodora Ayala Zamudio, de 38 años.
Fue a petición de los propios menores que se inició el proceso judicial. Ellos le pidieron a su abuela vivir con ella para alejarse de los golpes y humillaciones. “No tenían ni qué comer, llegaban golpeados, insultados… Yo no podía quedarme de brazos cruzados”, recuerda la mujer.
El pasado 30 de agosto, sin autorización, Teodora los sustrajo del domicilio. No era la primera vez que ocurría, aunque en anteriores ocasiones la abuela había logrado recuperarlos. Esta vez, el silencio se ha prolongado y no hay rastro de ellos.
La familia presentó denuncias ante la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, asegura que solo una funcionaria, identificada como la licenciada Griselda, ha mostrado interés en el caso. “Los demás no nos escuchan, no hacen nada, y yo ya no tengo fuerzas para ir de oficina en oficina”, lamenta.
Los menores, de acuerdo con los antecedentes asentados en el juicio de custodia, vivieron en condiciones de violencia: mala alimentación, abandono, golpes y un entorno sin estabilidad.
Para Margarita, lo que más duele es la incertidumbre. Hoy, a sus 74 años, la abuela enfrenta el desgaste físico y emocional de buscar justicia en solitario, con la esperanza de volver a abrazar a Gabriel y Ramón, los niños que ella describe como su razón de seguir luchando.
