El Consejo Supremo Indígena (CSI) tiene el registro de 70 indígenas desaparecidos y asesinados, sin embargo, hasta el momento están en total impunidad, refirió el vocero de esta organización, Pavel Uliánov Guzmán Macario.
En rueda de prensa y acompañado de la familia Guzmán Cruz, informó que se pedirá la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para dar con los cinco integrantes de su familia desaparecidos en 1974 y por lo cual, llevarán a cabo una movilización en Michoacán y el país para exigir justicia.
Los cinco integrantes desaparecidos en 1974 por la entonces Dirección Federal de Seguridad (DFS), indicó, se suman a los casos que han documentado de personas desaparecidas y asesinatos, atribuidos a la labor de defensa que hacían de sus bosques y tierras.
“En lo que se refiere a las desapariciones forzadas o la llamada guerra sucia, hay documentados compañeros de diferentes organizaciones alrededor de 20 casos, en el caso de Michoacán y en lo referente a los pueblos indígenas tenemos del 74 al día de hoy un registro de 70. Pero ahí vienen compañeros desparecidos o asesinados por defender el territorio y los derechos colectivo de los bosques”, refirió.
Informó que la desaparición de los miembros de la familia Guzmán es el primer referente, por lo menos registrado de desapariciones forzadas en Michoacán, sin que hasta la fecha se haya resuelto ningún caso, “ninguno resuelto, impunidad total, de Tarejero son 5 compañeros, 6 de Ostula desaparecidos, 36 asesinados, Cherán, Santa Fe de la Laguna, y los últimos casos La Cantera. En general es la defensa de las comunidades o los derechos de los pueblos indígenas territorio, zonas arqueológicas, bosques y territorio comunal”, señaló.
Estas desapariciones, denunció, se han dado en complicidad o con la anuencia del estado, por agentes del estado con participación directa o indirecta.
Durante el encuentro con medios de comunicación estuvieron presentes integrantes de la familia Guzmán Cruz, quienes recordaron que son ya 50 años del secuestro y la tortura de sus cinco familiares originarios de la comunidad indígena de Tarejero, José de Jesús Guzmán Jiménez, y sus hijos: Amafer, Armando, Solón Adenauer y Venustiano Guzmán.