A casi 2 meses del asesinato de su hermano, Hipólito Mora Chávez, uno de los fundadores de Autodefensas en Michoacán, Guadalupe Mora cumple ya varios días radicando en Morelia, desde donde reconoce haber rechazado iniciar un nuevo movimiento armado en Buenavista, para no ser responsable de la pérdida de vidas y de dejar familias incompletas.
Sin que se haya detenido todavía a los responsables del asesinato de Hipólito y 3 de sus escoltas, asegura que dará el beneficio de la duda al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, con la demanda de que los libere del yugo de la delincuencia.
Sentado en el mismo sitio que Hipólito ocupó durante mucho tiempo en sus visitas a la capital del estado, recuerda que su hermano perdió la vida, porque “les estorbaba” a los delincuentes, alzaba la voz ante la extorsión del crimen organizado sin que ninguna autoridad hiciera nada.
Preocupado por el nuevo embate delincuencial contra los productores de limón, advierte que poner denuncia contra los extorsionadores es una sentencia de muerte, ya que de inmediato alguien “les avisa” a los delincuentes.
Confirma las versiones que señala que los grupos delincuenciales habrían incrementado de 20 centavos a 1 peso la cuota por kilógramo de limón; pero aclara que la extorsión alcanza a todos los comerciantes que están “cansados” pero “el gobierno no hace nada.
Detalla el modus operandi de la delincuencia en los empaques de limón, donde mantienen una persona que revisa de manera constante las compras que hacen los empacadores, quienes deben pagarle la “cuota” que corresponde, para que a su vez “la lleve a sus jefes”.
Asegura que estas personas “andan como si nada” entre productores y empacadores del cítrico, donde todos se dan cuenta de su operación, menos el gobierno “que no ve nada”.