Ni la emergencia nacional de salud, el alto riesgo de contagio de COVID-19 o el aislamiento social decretado por las autoridades, han detenido el trabajo periodístico en Michoacán, donde se ha mantenido constante el flujo de información, pese a los riesgos o las dificultades que esto pueda implicar para quienes desempeñan a diario esta actividad.
Periodistas michoacanos encontraron en la tecnología y en las redes digitales, herramientas indispensables para generar información seria y veraz; y aunque son distintos sus puntos de vista sobre los efectos que ha tenido el confinamiento en casa, los une su alto sentido de responsabilidad con la sociedad.
América Juárez, reportera de la Zeta y ABC, alerta en la contingencia como un elemento que pudiera afectar la objetividad de los medios y considera fundamental que se ofrezca información útil y no “viral” a los ciudadanos. Para la periodista es indispensable mantener a salvo la veracidad de la información.
“La presencia de las redes sociales son un caldo de cultivo de la desinformación, de las falsas noticias y naturalmente esto va a incidir en la calidad de la información que entreguemos”.
Para la periodista Patricia Monreal de Revolución 3.0, las nuevas circunstancias obligan a “modificar la dinámica del reporteo” y a que se busquen nuevas maneras de obtener información, pero tras años de experiencia ve su encierro en casa como la posibilidad de realizar mayor trabajo de investigación y retomar temas que se postergan con el día a día.
“La posibilidad de estar en el encierro, en el silencio de la casa, de los espacios propios, te permite echar ojeada en aquellos temas que de repente quedaban en el tintero y que en la dinámica diaria se iban archivando o quedando como pendientes”.
Sin embargo, existen otros casos como el de la periodista Rebeca Hernández, reportera de Quadratín, quien por decisión propia se aisló en su casa. No obstante, esto le ha implicado una doble dificultad, ya que no puede acudir directamente a las fuentes de información institucional y tampoco contrastarla con la realidad; debe limitarse a videoconferencias o declaraciones telefónicas que no permiten ahondar en los temas.
Señala que afortunadamente, otros colegas “más jóvenes y sanos” están equilibrando las posturas oficiales al obtener información en calle y ”han permitido conocer las historias de cómo la están pasando los médicos, los familiares de los enfermos, (…) los testimonios tan dolorosos de estas personas que han perdido a un ser querido por el COVID-19″.
Y es que ahora, los periodistas deben “reportear” en sus dispositivos móviles o en sus computadoras; están obligados a entrevistar, cubrir ruedas de prensa, eventos públicos y hasta sesiones del Congreso del estado a distancia.
Acostumbrada a su trabajo en “calle”, Naomi Carmona de Monitor Expresso, considera difícil estar en casa, pero tras hacer una alianza con las redes sociales para acceder a la información, señala que el principal reto del periodista es identificar y combatir las noticias falsas.
“Las fake news nos limitan muchísimo e impiden que la gente crea en nuestra labor como periodistas. Al final de cuentas las redes sociales y los medios digitales, también terminan siendo un arma de doble filo”.
Para otros periodistas como César Abrego de Indicio, el resguardo obliga a los comunicadores a ser creativos y dar importancia a sectores que habían quedado relegados.
“Nos obliga a regresar al tema básico del periodismo, que es tomar en cuenta el aspecto social (…) Que una vez que pueda superarse (la pandemia) estemos tomando en cuenta aún más el sentir ciudadano, las notas que realmente a lo mejor muchas veces le preocupan más a la sociedad”.
Verónica Torres de Cuarto Poder, asegura que no ha tenido dificultad para obtener la información vía telefónica o en las plataformas digitales.
Para ella, es más bien una necesidad “que exista mayor capacitación en el ámbito tecnológico no sólo reporteros sino a quienes atienden hoy la contingencia, están en un cargo de elección popular, no creen necesaria la tecnología para comunicarse”
En otros casos, como el del periodista Ricardo Téllez, reportero de la agencia informativa Exeni, el confinamiento ha servido también como pretexto para que los actores públicos eviten fijar posturas sobre temas de interés general.
“En tiempos de COVID es mucho difícil, se encierran, no quieren dar declaraciones, no quieren hablar y en el caso de quienes salen y se han dejado entrevistar a través de diferentes plataformas digitales, mensajes de audio, textos de wahtsapp, son los únicos que han estado aportando, pero se complica el tema”.
Para la periodista Silvia Hernández, reportera web de El Sol de Morelia y también de la agencia informativa Exeni, el confinamiento en casa ha dificultado su labor, aunque se le facilitaron las herramientas de trabajo, ya que deberá asumir los costos que esto implica en el uso de la energía eléctrica y el internet. Además, tras haber sobrellevado la epidemia por la influenza H1N1, tiene otra visión del periodismo en esta etapa
“Mi recomendación a mis compañeros es a que se cuiden y asuman todas las medidas emitidas por la Secretaría de Salud en este caso, no es fácil quienes estuvimos trabajando en la contingencia sanitaria”.
Consciente de que la contingencia ha implicado una serie de despidos masivos en varios ámbitos, entre ellos, el de los medios de comunicación, Brenda Barajas, reportera de Changoonga se considera afortunada por tener la posibilidad de trabajar desde casa, no obstante expone las dificultades que representan ser mamá y periodista al mismo tiempo.
“Lo difícil es que no sólo estás tratando de sacar la nota del día sino que tienes que hacerlo al mismo que atiendes tu casa, tu familia, tus hijos (…). Mientras correteas al político atrás de una computadora, al mismo tiempo tienes que ayudar a tus hijos con las tareas, darles de comer”.
En contraparte, adaptarse a las nuevas circunstancias no ha sido complicado para algunos periodistas como Beatriz Rojas de la agencia de noticias ner.com.mx, ya acostumbrada a utilizar los recursos tecnológicos y a la generación de información por esta vía, luego de que tuvo la indicación expresa de hacer la cobertura a distancia.
Para ella, las dificultades se encuentran en el ámbito personal.
“Como mamá tengo que compartir la computadora con mi hijo, que también tiene clases en línea; la dinámica en la casa sí ha sido muy complicada no tanto, porque no pueda hacer mi trabajo sino porque hay toda una serie de actividades nuevas para las que no estábamos preparados”.
Sayra Casillas de MiMorelia, coincide en que el trabajo en casa es más complicado de lo que parece, ante las dificultades que implica el uso de la tecnología y la necesidad de que las entrevistas se realicen cara a cara, para no afectar la calidad de los contenidos.
“Estás obligado al uso de las herramientas tecnológicas que no tienen palabra de honor y a veces fallan en el peor momento; estás sujeto a la voluntad de otros, por ejemplo que la persona a la que necesitas entrevistar quiera responderte una llamada, pasarte un documento”
El periodista Rodrigo Sandoval, director del portal PCMNoticias, lamenta haber cambiado los chacaleos, entrevistas y ruedas de prensa, por llamadas telefónicas, videoconferencias y mensajes de whatssapp, pero asegura que su prioridad es mantener a salvo la salud de sus colaboradores.
“La principal recomendación es quedarse en casa, y cuando hay eventos donde es fundamental la presencia del reportero o del fotógrafo, en esos casos, procuramos que sean pocas las personas que asistan (…) y tienen todo el conocimiento de todas las medidas de prevención para evitar el riesgo de contagio”.
A propuesta de la Organización de las Naciones Unidas, el 3 de mayo de 1993 fue decretado el día de la libertad de prensa por la Asamblea General de las Naciones Unidas y en este 2020, a la luz de la pandemia por el COVID-19, tiene como lema “Por un periodismo valiente e imparcial”.
