“Pues nosotros queremos que regrese todo a la normalidad pues, las escuelas son las que nos apoyan, que regrese todo. Nosotros dependemos de la gente, ¿si no hay gente, de dónde comemos?
Julio César Camacho es uno de los tantos choferes que trabaja en Morelia y nos comparte su visión sobre la crisis económica que viven las personas que no pueden parar, porque viven al día.
“Duré un mes sin trabajar y me estuve deshaciendo de mis cosas para poder sostener a mi hijos, nos están dando en toda la torre, pues no sé qué onda con esto pues, esta economía nos están dando mucho en la torre; me tocó vender mi calentador solar, me tocó vender mi celular, imagínate”
En medio de la manifestación de los urbaneros del municipio, Julio mencionó que si no hay trabajo para las personas, menos para ellos, por lo que pidió al gobierno que los ayuden, que sean conscientes que también ellos tienen familia.
“Más que nada, si el gobierno quiere parar ahorita, que nos ayuden por lo menos con algo, o sea, saben que nosotros tenemos familia, comen, pues por lo menos un apoyo de algo, despensas para los choferes, porque ellos sí paran, porque ellos sí tienen para comer, pero uno, ¿cómo le hace?”
Con un semblante duro, unos lentes oscuros que ocultan su mirada y una playera rosada que contrasta con los tatuajes de su antebrazo, Julio relató que es padre de cinco hijos, los cuales mantiene con un salario de 100 pesos o 150 al día desde que comenzó el aislamiento social por el COVID-19.
“Tengo cinco. Cinco chiquillos y está cabrón a veces. La otra vez se me arrimó mi chiquillo el de dos años y yo traía una moneda de 50 centavos y se me arrimó que quería un dulce, imagínate cómo me sentía, no pues no manches, se me cae el cielo encima”
Hasta que mejore la situación, Julio César seguirá buscando cómo sacar su familia adelante, por lo menos con algo que le dé “para comprar las tortillas”, ya que no tiene nada más qué vender y después que pasen las dificultades, pensará en como reponerse.
