En un ambiente lleno de espiritualidad, la tradicional Procesión del Silencio regresó a las calles de Morelia, donde miles de turistas y feligreses se dieron cita para acompañar después de 2 años de ausencia a causa de la pandemia de COVID-19, a la Virgen de la Soledad en su luto por la muerte de su hijo Jesucristo.
El sonido de los tambores y matracas fueron los encargados de romper el silencio durante el trayecto que inicióen la calzada San Diego y recorrió la Avenida Madero, en donde cerca de 60 mil personas se abarrotaron para observar pasar a las cofradías, que los sorprendieron con los atuendos fúnebres, mientras acompañaban a la madre de Jesucristo en su dolor.
Al caer la noche, los asistentes encendieron miles de veladoras, que alumbraron el centro histórico y el camino de la Virgen de la Soledad a la catedral, iluminada con luces en color morado.
Con la luna como testigo, las 18 cofradías llegaron a la catedral capitalina donde los esperaba el Obispo Auxiliar, Herculano Medina Garfías, que le dio el pésame a la Virgen por la pérdida de su hijo, horas antes crucificado.
La Virgen continuó con su camino hasta el templo de Capuchinas, donde el cuerpo de Jesús fue depositado en espera de la resurrección.