El auditor Superior de Michoacán, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda comprobó en campo que el rancho que fue cateado este martes por la noche en Lagunillas, no es propiedad de su esposa, Patricia Orozco Cortez, como han difundido algunos medios de comunicación, al exhibir el certificado de Registro Catastral y la declaración de la adquisición del inmueble.
De acuerdo a estos documentos, dicha propiedad se localiza en la comunidad de Ojo de Agua de Pastores, en el municipio de Lagunillas. Para llegar al sitio, es necesario dar vuelta a la izquierda en el retorno previo al acceso principal de este municipio y recorrer cerca de 10 minutos por un camino estrecho, que primero es pavimentado, donde se localiza la zona urbana, y luego se torna empedrado.
A un costado de una construcción de adobe se encuentra la propiedad, es un terreno totalmente rústico, cubierto de hierba seca, sin ninguna construcción; sus límites están marcados con árboles y piedras, mientras el acceso improvisado con unos alambres.
En un recorrido por el terreno, el responsable de la Fiscalización en Michoacán, reconoció que efectivamente los documentos “filtrados” muestran las características de un terreno que es propiedad de su esposa, pero que no tiene ninguna relación con el que fue cateado.
“Como salió y se están filtrando un documento que dice que yo soy propietario donde ayer hubo un cateo y ayer hubo una situación con elementos de seguridad pública. Esta es la propiedad que pertenece a mí, no se encuentra ninguna construcción y corresponde totalmente a lo que se ha difundido a medios del traslado de dominio que se realizó”.
El funcionario explicó que adquirió el terreno de 4 hectáreas y media, en 2018 a un empresario de nombre Gustavo Farías, quien es el propietario de los inmuebles aledaños y que por una preferencia personal de su esposa, decidieron dejar a su nombre.
Ante ello, se deslindó de la información en la que se ha señalado que se habrían encontrado bóvedas de dinero en el lugar.
“Esto es lo que corresponde, nada absolutamente que ver con lo que decían que teníamos bóvedas, que había dinero, que había una construcción, que existe una residencia, cuando si ustedes toman el punto de georreferenciación va a corresponder a lo que está en este momento. Entonces quiero ser muy enfático en que esto es lo que me pertenece”.
En el acceso al terreno, Aguirre Abellaneda explicó que la información sobre la propiedad se incluyó también en su declaración patrimonial, por lo que denunció persecución política en su contra y pidió no se publiquen cosas de las que no se tienen elementos.
“Viene la persecución política, es una persecución que no entiendo por qué se está dando, también es importante señalar que esto está en mi declaración patrimonial. Esto se declaró, se reflejó en mi declaración patrimonial, lamento muchísimo la persecución política de que soy objeto”
En el recorrido por la zona realizado por al menos 5 medios de comunicación, se constató que uno de los accesos al rancho cateado, del que reconoció ser propietario, Valentín Rodríguez Gutiérrez, es separado solo por un camino de más de 20 metros de ancho, del terreno propiedad del auditor.
El portón de ingreso, sobre el que se lee Villa Pastores en un letrero con fondo blanco, es custodiado por al menos 3 patrullas de la Guardia Civil de Michoacán, otra de la policía de Tzintzuntzan y una de la Fiscalía Estatal, que luego se retiró del sitio, pero fue sustituida por un vehículo blanco sin ningún rotulo.
Sobre un amplio terreno se apreciaron algunas construcciones elaboradas de concreto y techo rojo, pero no fue posible apreciar sus características al interior, ya que se mantuvieron cerradas todo el tiempo; del lado extremo, solo fue posible observar extensos sembradíos.
Sin embargo, no fue posible encontrar a ninguna persona que pudiera conceder una entrevista, para explicar el motivo por el que los uniformados se encuentran todavía en el lugar y que aprovecharon para grabar a reporteras y camarógrafos que “levantaban” imágenes en la calle.
Cerca de las 5:00 de la tarde, comunicadores y funcionario se retiraron del lugar, siempre seguidos por una patrulla estatal.
