Con base en los reportes oficiales de la Dirección de Epidemiología de nuestro país (https://bit.ly/3NCX6hi), en los últimos días, el número de casos nuevos por COVID-19 se ha incrementado en aproximadamente un 200%, comparado con los datos reportados en la semana del 30 de mayo al 5 de junio del presente año.
Ante esto, es necesario realizar algunas reflexiones sobre lo que actualmente está pasando con el aumento de nuevos casos.
La vacuna contra la COVID-19 solo nos protege de padecer la enfermedad en su forma grave.
Debido a que el virus posee una amplia facilidad para transmitirse entre los seres humanos, en realidad, el virus no ha dejado de contagiar a una cantidad considerable de personas.
La diferencia de lo que está pasando actualmente y en ocasiones anteriores es que, ahora, hay una cantidad de personas que tienen o bien, el esquema de vacunación completo y algunas otras con el refuerzo, según el tipo de vacuna que hayan recibido.
Lo anterior, nos indica que, muy seguramente muchas personas se han contagiado, pero no han adquirido la enfermedad en su forma severa o grave, creando una falsa percepción de que la pandemia ya está llegando a su fin.
Hemos relajado las medidas preventivas.
Derivado esa falsa percepción, parece ser que las autoridades no han comprendido las lecciones que nos ha dejado la pandemia.
Como ejemplo de lo anterior, han permitido que la gente ya no utilice el cubrebocas en los espacios abiertos, donde, hasta cierto punto, parece lógico, sin embargo, este argumento no tiene un sustento científico válido, pues solo se ha tomado con base en la percepción.
Por el contrario, poco a poco, han ido apareciendo estudios científicos que muestran los beneficios sobre el uso del cubrebocas aun en los espacios públicos abiertos, donde el más representativo, ha sido la disminución en el número de hospitalizaciones y personas que podrían enfermar de gravedad (Eikenberry, S. E. et al. 2022).
Nuevas variantes de ómicron han llegado recientemente a México.
Particularmente las variantes BA12-1 y BA4BA5, que pertenecen a ómicron, se han distribuido de forma paulatina en México.
Se conoce que, estas variantes han afectado principalmente a personas que aun no se han vacunado contra esta enfermedad.
Aun se desconoce el impacto que estas dos variantes han representado en el sistema de salud a nivel nacional, no obstante, esperemos que no nos den una sorpresa como lo han hecho otras.
No basta con “declarar” la quinta ola de contagios del SARS-CoV-2.
Lo anterior se lo menciono después de que, el secretario de salud en Michoacán informó que existen indicios de la entrada de una quinta ola de COVID-19 en nuestro estado, y que calcula que en 15 días se declarará si ya estamos en una quinta ola o no.
Es cierto que existen diferentes indicadores para establecer si nos encontramos en una nueva ola de contagios, no obstante, no deberíamos esperar a que se cumplan todos para declarar la quinta ola de COVID-19.
Esperemos que, la dichosa declaración no sea demasiado tarde, es decir, cuando nos encontremos ante un incremento acelerado en el número de hospitalizaciones de personas que aún no están vacunadas con esta terrible enfermedad.
Ojalá que no aplique el dicho: “después de muerto el niño, a tapar el pozo” como ya ha ocurrido anteriormente.
Por último, estimado lector, quiero hacer hincapié en lo siguiente: se declare o no una quinta ola, nos encontramos en un riesgo latente en el incremento acelerado de contagios, que solo se puede mitigar siguiendo las medidas sanitarias.
Nos vemos en la próxima.