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Por qué estamos agotadas las mujeres

Esta pandemia ha puesto de manifiesto la sobrecarga de trabajo que realizamos las mujeres, las triples jornadas que realizamos durante el día, todos los días, sin que haya muchas veces espacios para el descanso y el reposo absoluto.

El trabajo doméstico, así como el cuidado y ahora con mayor énfasis en la formación educativa de los hijos e hijas, así como el posible cuidado de las personas de la tercera edad y/o con discapacidad, aglomeran y saturan a las mujeres de responsabilidades que están en una casa, lo que implica muchas veces delegar estos trabajos a las hijas que casi siempre son menores de edad.

Según datos recientes de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) 2019, realizada por el Instituto de Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), recientemente presentada, destaca que la distribución porcentual del tiempo total de trabajo a la semana de la población de 12 años y más, por tipo de trabajo se observa que el 49.4% realiza trabajo no remunerado de los hogares, el 47.6% realiza trabajo para el mercado remunerado mientras que el 2.8% lo dedica a la producción de bienes para uso exclusivo del hogar.

Lo anterior, refleja que del tiempo total de trabajo a la semana, de población de 12 años y más prácticamente 5 de cada 10 horas contribuyen a la economía del país sin que medie pago alguno por ello, lo cual es brutal, ya que esta economía se sostiene de las aportaciones de las mujeres a las que no se les paga de manera justa y equitativa, respecto a trabajo igual que los hombres.

De acuerdo a la distribución del tiempo total de trabajo a la semana de la población de 12 años y más, por sexo y tipo de trabajo, se observan que solo el 31% de las mujeres recibe un ingreso por su trabajo, mientras que el 67% realiza trabajo doméstico sin pago alguno, en comparación con los hombres el 69% recibe un ingreso por su trabajo y solo el 28% que realiza trabajo doméstico sin recibir ingreso alguno.

El promedio de horas a la semana del tiempo total de trabajo de la población de 12 años y más por tipo de trabajo y tasas de participación según sexo, resultan evidentes las desigualdades construidas socialmente con base en la diferencia sexual, es decir, las mujeres dedican 39.7 horas a la realización del trabajo doméstico, 37.9 al trabajo remunerado y 5.6 horas a la producción de bienes para uso exclusivo del hogar.

En el caso de los hombres, solo dedican 15.2 horas al trabajo doméstico, 47.7 al trabajo remunerado y 6.6 horas a la producción de bienes para uso exclusivo del hogar.

Este brecha de género es altamente significativa en estados como: Zacatecas, Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Veracruz, aunque Michoacán no se salva del todo, ya que evidencia que los hombres de este estado no colaboran con la realización del trabajo doméstico.

Los resultados arrojan un aumento que aunque no es significativo porque sólo escala a un 1%, si pone en evidencia que las mujeres en comparación del 2014 y 2019, que las mujeres en promedio trabajaban en las labores domésticas no remuneradas para el propio hogar hasta 29.8 horas y en el 2019, 30.8 horas, no quiero pensar que será este 2020, seguramente se disparó posiblemente hasta en un 5%, en el trabajo no remunerado de cuidados a integrantes del hogar en el que se tenía registro de 11.7 horas mientras que ahora es de 12.3 horas.

Las mujeres dedicamos en promedio 13.8 horas a la preparación y servicio de alimentos, 10.1 horas a la limpieza de la vivienda, 4.9 horas a la limpieza y cuidado de ropa y calzado, 1.3 horas al mantenimiento de la vivienda, 2.9 horas a las compras de alimentos, 1.3 horas a los pagos y trámites e igual número de horas a la gestión y administración. En el caso de los hombres 4.7 horas a la preparación y servicio de alimentos, 4.6 horas a la limpieza de la vivienda, 2.0 horas a la limpieza y cuidado de ropa y calzado, 2.1 horas al mantenimiento de la vivienda, 2.5 horas a las compras de alimento, 1.2 horas a los pagos y trámites y 1.3 horas a la gestión y administración.

Como podemos observar persiste la idea de que las mujeres son responsables del trabajo doméstico, lo cual refrenda el hecho de que las mujeres que trabajan fuera de su casa aún no han podido desprenderse de ese trabajo que nadie paga y que todo mundo demanda su realización. Por lo que al preguntarse por qué las mujeres estamos agotadas, tan sólo este desagregado de cifras lo demuestra, y si por ahí queda alguna duda hagan un ejercicio que se llama 24 horas en la vida de una mujer y pregunten a las mujeres de su casa o cercanas a qué hora empieza su rutina y a qué hora se va a dormir, estoy segura que una gran sorpresa se llevará, al deducir porque las mujeres estamos siempre deseando que alguien nos ayude o que nos dejen simplemente dormir.

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