La semana pasada, el Dr. David Kershenobich, secretario de Salud de nuestro país, presentó un plan ambicioso para enfrentar el desabasto de medicamentos en México.
En los últimos años, este problema ha sido una constante preocupación para millones de mexicanos que dependen del sector público de salud. Desde pacientes con enfermedades crónicas hasta hospitales enfrentando desabastos de insumos básicos, la falta de medicamentos ha pasado de ser un problema aislado a una crisis nacional.
El plan del Dr. Kershenobich se centra en mejorar la compra y distribución de medicamentos mediante un sistema de compra consolidada y la incorporación de procesos digitales. Aunque estas ideas suenan prometedoras, muchos se preguntan, ¿será suficiente?
Un esquema general, pero ¿dónde están los detalles?
La compra consolidada es uno de los pilares del plan. Este modelo permite que múltiples instituciones de salud adquieran medicamentos e insumos en bloque, reduciendo así los costos y mejorando el acceso a un mayor volumen de productos.
Sin embargo, la idea de comprar en volumen no es nueva, y muchos expertos señalan que los problemas del pasado, como las fallas en la logística y la falta de coordinación, no se resuelven únicamente con una gran compra.
¿Qué estrategias se implementarán para evitar que los medicamentos se queden atrapados en los almacenes o lleguen tarde a los centros de salud?
Por otro lado, se habló de un sistema digital para hacer transparente el proceso de adquisición y distribución de medicamentos, lo que sin duda es un paso hacia adelante en términos de transparencia y eficiencia.
Pero, ¿qué tan accesible será esta plataforma para los ciudadanos? La transparencia real implica que cualquier persona pueda verificar que los medicamentos están disponibles en sus clínicas y hospitales locales. Sin un acceso claro a la información, la digitalización corre el riesgo de convertirse en una herramienta que no beneficia directamente a la población.
Lecciones del pasado, ¿aprendimos realmente?
En su presentación, el Dr. Kershenobich mencionó que este modelo se basa en las lecciones aprendidas de errores anteriores. Pero los mexicanos saben que el problema del desabasto no es algo nuevo; ha persistido por años y, en muchos casos, ha empeorado.
¿Qué cambios concretos se harán para que esta vez sí se cumpla con el abasto? ¿Cuáles son los mecanismos para asegurarse de que cada hospital, desde el más grande en la ciudad hasta el más pequeño en comunidades rurales, recibirá los medicamentos necesarios?
La importancia de un plan claro y específico
Las ideas del Dr. Kershenobich reflejan una buena intención y una comprensión de algunos de los problemas clave. Sin embargo, para que los mexicanos realmente confíen en este nuevo modelo, es necesario conocer más detalles de su implementación.
¿Cuánto tiempo tomará ver los primeros resultados? ¿Qué instituciones estarán encargadas de supervisar el proceso? ¿Qué se hará para garantizar que los medicamentos lleguen a tiempo y en las cantidades necesarias?
Un llamado a la acción y a la transparencia
Los mexicanos no solo necesitan saber qué se va a hacer, sino cómo se va a hacer. Para restaurar la confianza en el sistema de salud, este plan debe ir acompañado de información clara, accesible y detallada para la población.
Es vital que el gobierno haga un esfuerzo adicional para mantener a la ciudadanía informada y brinde un seguimiento constante del estado de abasto en cada región. Solo así podremos asegurar que el derecho a la salud se cumpla de manera efectiva y que ningún paciente se quede sin el tratamiento que necesita.
Muchas gracias por leer esta columna, lo espero en la próxima.