Morelia, Mich.– Con la finalidad de facilitar el acceso a la salud mental en sectores vulnerables de la población, la Asociación Mexicana de Psicología Oncológica (AMSICO) y el diputado de Movimiento Ciudadano (MC), Antonio Carreño Sosa firmaron un convenio de colaboración que permitirá canalizar a personas interesadas en recibir psicoterapia especializada a costos accesibles.
Actualmente, una sesión de terapia privada puede costar entre 1,500 y 2,000 pesos; sin embargo, bajo este convenio, los pacientes podrán acceder a sesiones por 250 pesos, o incluso menos, en función de estudios socioeconómicos.
“La idea es poder llegar a toda la comunidad que lo necesite. No es solo atención psicológica, es psicoterapia especializada, de calidad y con calidez”, explicó Marta Elena Martínez Ramos, presidenta de AMSICO.
La asociación, próxima a cumplir un año de operaciones, cuenta con nueve terapeutas todos titulados y con posgrados y ofrece también grupos de acompañamiento gratuitos: los miércoles para cualquier persona interesada y los jueves enfocados en pacientes con enfermedades crónicas.
Aunque la demanda aún no ha rebasado su capacidad, Martínez Ramos señaló que el mayor reto no es la infraestructura, sino que muchas personas aún no priorizan su salud mental.
“Más allá del costo, hay que estar convencido. Puedes gastar mil pesos en una comida, pero no en ti. La gente debe saber que aquí buscamos su bienestar, más que una idea abstracta de felicidad”, afirmó.
Por su parte, el diputado Antonio Carreño reconoció que, aunque el interés ciudadano por la salud mental ha crecido, el tema sigue sin ser prioridad en la agenda legislativa.
“Lamentablemente hay una falta de interés institucional. Pero desde este convenio buscamos no solo apoyar económicamente a la asociación, sino generar sinergias, llevar conferencias a escuelas, sindicatos, comunidades, y acercar el servicio a quienes más lo necesitan”, sostuvo.
Cualquier persona interesada puede acceder al beneficio contactando directamente al diputado o a AMSICO. El servicio no está limitado a pacientes con enfermedades oncológicas o crónicas; está abierto a cualquier persona que lo requiera y tenga la disposición de iniciar un proceso de atención emocional.