jueves, 21
de noviembre 2024
12.5 C
Morelia
jueves, 21
de noviembre 2024

Nudos de la Vida Común. Independencia deshonrada

Sin independencia moral e intelectual,
no hay ningún anclaje para la independencia nacional

  • David Ben Gurion

Hoy celebramos doscientos catorce años del inicio de la guerra de Independencia de México. Sin embargo, tal lucha no suponía una garantía de libertad, unidad e independencia a perpetuidad para nuestra nación y en el presente, nos toca hacer lo propio para seguir disfrutando de tales prerrogativas. Se trata de una conquista no acabada, y nuestro presente describe mucho de ello.

Siendo un día de descanso obligatorio para que las y los mexicanos nos unamos a las celebraciones patrias, los habitantes de al menos treinta y ocho municipios de los estados de Sinaloa, Guanajuato, Chiapas, Michoacán, Durango y Nuevo León, no vivirán la festividad nacional de manera pública, pues las condiciones de inseguridad y de violencia se encuentran en los niveles más elevados de las últimas décadas. La vida de los ciudadanos está siendo verdaderamente amenazada por la delincuencia, donde el estado de derecho se ha suprimido bajo la indiferente mirada de las autoridades políticas, que minimizan el terror que vive la población y traicionan el mandato que han recibido. Nuestra libertad ha sido vulnerada y huele a ignominiosa complicidad.

El rojo que ondea en nuestra bandera, ya no significa más la unidad de los mexicanos. Nos aplicaron el divide y vencerás, y nuestra capacidad crítica terminó siendo sometida al encono entre los que están a favor y en contra del partido en el poder. Ante nuestra incapacidad de construir consensos, optamos por una hegemonía en el poder, nulificando a quien tenga una postura diferente. El atrincheramiento de los grupos de poder terminaron por cegarnos y alinearnos para tratar de ganar terreno para resistir a la fuerza de aquél que consideramos adversario. Se disolvió la capacidad de dialogar y razonar, de analizar y evaluar, y las decisiones de la vida común parecen más un marcador deportivo, que un esfuerzo por construir una sociedad dirigida al bien de todos y todas. Nuestra unidad ha sido dolorosamente resquebrajada.

Efectivamente, México logró independizarse políticamente de España, pero ese hecho no nos trajo independencia moral ni material. La corrupción está vergonzosamente enraizada en nuestra cultura. Nos enorgullecemos de nuestras palancas, de nuestra astucia de obtener ventajas saltando o falseando requisitos y mientras los favorecidos seamos nosotros, todo se vale. Terminamos por institucionalizar la corrupción y en lugar de combatirla, arrebatamos nuestro turno para beneficiarnos de ella.

La soberanía de nuestro país parece no residir más en el pueblo, toda vez que el entramado económico de la globalización y los compromisos de las autoridades con la delincuencia organizada son quienes mandan en nuestra nación. Dependemos de la inversión extranjera para mantener el aparato productivo en marcha. Dependemos de las remesas de los migrantes para que la población rural pueda resolver sus necesidades básicas. Dependemos de la libertad de los narcotraficantes para gozar de nuestra propia libertad. Dependemos de la integridad de aquéllos a quienes dimos el voto, creyendo que representan nuestros intereses y que al final del día, solo ven por los propios. Dependemos de la dopamina que nos inyectan las pantallas de los dispositivos móviles para sentirnos un poco menos miserables todos los días y dependemos de reacciones en redes sociales para saber que estamos vivos.

Entregamos nuestra independencia a un partido político y lo hicimos plenipotenciario, bajo la premisa de que la sabiduría del voto popular nos traerá un futuro venturoso, pero donde al mismo tiempo, la democracia ya no nos gusta cuando dejamos de ser mayoría. Nuestra independencia ha sido confinada al festejo del 16 de septiembre, que este año, ya no fue para todos.

En algún punto los mexicanos creímos que la independencia era un regalo de insignes patriotas que tomaron las armas y dieron sus vidas para recuperarla y no entendimos que más bien era un legado que nos tocaba custodiar. Ya deshonramos el heroísmo de los padres y madres de la Patria y hoy las dados de México están cargados.

La buena noticia es que los mexicanos somos expertos en remontar la adversidad. El panorama de México es incierto, turbulento y hasta sombrío, pero no es la primera vez que enfrentamos algo así. Necesitamos dejar de lado las rivalidades y resentimientos y recuperar nuestra unidad bajo la premisa de que solo estamos bien, si todos estamos bien. No debemos postergar el superar nuestros miedos y frustraciones. Nos toca asumir lo perdido y trabajar duro para recuperarlo. Es momento de la reconciliación nacional y la reconstrucción de la esperanza y la paz, desde nosotros hacia los demás. Honremos a quienes nos dieron Patria, retomando su legado para volver a ser un país unido e independiente.

Comparte esta publicación:

TE PUEDE INTERESAR

PUBLICACIONES RECIENTES

TENDENCIAS

TENDENCIAS

Sigue sin llegar al Congreso de Michoacán notificación ausencia del edil de Cotija

Morelia, Mich.- El presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Michoacán, Juan Antonio Magaña de la Mora, indicó que no ha llegado ningún...

TENDENCIAS

IEM declara el inicio del proceso para elegir a jueces y magistrados por el voto popular

Morelia, Mich.- El Instituto Electoral de Michoacán (IEM) llevó a cabo la declaratoria del inicio del proceso electoral para elegir a jueces y magistrados...

TENDENCIAS

Sin credencial pero afiliadas al IMSS Bienestar, 77 mil de 3.3 millones sin seguridad social en Michoacán

A prácticamente un año y 10 meses de que el expresidente Andrés Manuel López Obrador vistió Michoacán para formalizar la transferencia de los Servicios...