Entre recuerdos y esperanza de que sus almas regresen a departir por algunas horas al mundo terrenal, miles de morelianas y morelianos acudieron a conmemorar el Día de Muertos en el panteón municipal.
Las sepultas lucieron frescas flores de cempasúchil, sobre las que se colocaron las fotos de sus difuntos, mientras con nostalgia se escucharon las anécdotas de sus vivencias familiares; padres, madres, hijos, esposas, todos tuvieron una sonrisa y una lágrima para ese ser querido que se adelantó en el camino.
Mientras realizaba labores de limpieza, Manuel Lemus Morales recordó con cariño a su mamá y papá, de quienes tiene presentes “las cosas buenas” y sus enseñanzas, que ha transmitido a su vez a sus hijos, aunque añora su comida y sus charlas.
“Yo creo que quedan muchas cosas, siempre quedan cosas pendientes, a lo mejor ahorita recordar lo que ahorita tenemos y no teníamos antes, la manera cómo vivimos, más cariño con ellos a lo mejor que siempre se extraña eso”.
Las escenas fueron contrastantes, algunas personas prefirieron la quietud y algunos momentos a solas para de alguna manera sobrellevar su dolor; la señora María del Rosario Juárez Moreno, acudió a visitar a sus abuelitos y primos que reposan en este camposanto.
Sin embargo, su dolor fue evidente al recordar a su hijo, quien falleció apenas en marzo, víctima de un cáncer fulminante que ellos desconocían, ya que evitó que supieran para evitarles mayor sufrimiento.
“Él murió víctima repentina de cáncer que nosotros desconocíamos, probablemente él sí y evitó que supiéramos para evitar el dolor”.
La letra de “Amor Eterno” se escuchó repetidas ocasiones por todo el panteón municipal, norteños y grupos de banda lo tocaron cada vez que los deudos lo solicitaron.
Muchas sepulturas fueron adornadas como altares, donde familias enteras “convivieron” durante todo el día con el alma de sus seres queridos. Así lo hizo la familia Páramo Estrada, quien recordó a sus padres Ramón e Imelda, ya que aunque hace 38 años que partieron, su cariño sigue igual.
Sin embargo, a sus hijas les faltó tiempo para decir “te quiero”.
“Más que nada es agradecerles el habernos dado la vida, les rendimos tributo, les damos las gracias y esperemos que estén en mejor lugar que aquí. Nos faltó decirles te quiero, nos faltó tiempo porque se fue muy pronto, porque pensamos que la vida va a ser muy larga, va a ser eterna”.
También en torno a un altar fue recordado el profesor nicolaita Enrique Barajas Sandoval, abogado y juez que trabajó hasta los 80 años como maestro en la Casa de Estudios del estado.
“Las creencias antiguas y modernas hay una puerta que se abre al inframundo y que finalmente podemos convivir con ellos”.
En torno al Panteón Municipal se instalaron decenas de puestos de flores y comida principalmente, además de un operativo de tránsito y vigilancia que se reportó sin novedad.