Más de 2 mil personas participaron en el desfile de Catrinas y Catrines, que se llevó a cabo en la capital michoacana, como parte de las actividades del Día de Muertos.
Con vestimentas regionales, prehispánicas, de charros y escaramuzas, así como de mariposas y personajes animados de la película El libro de la vida, los participantes se concentraron en las inmediaciones de la fuente de Las Tarascas, en donde cerca de las 6:00 de la tarde partieron su caminar.

El contingente principal estuvo encabezado por la catrina y catrín oficial del desfile, que ya han participado en anteriores ocasiones, así como por el presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, quien también estaba caracterizado de catrín, acorde a la actividad.
El recorrido de los esqueletos fue amenizado por una banda de música tradicional michoacana, así como por los Tunos Antiguos de España, quienes pusieron a balar a los asistentes con sus distintivas trovas.
En medio de un ambiente lúgubre, en el que la luz de las velas y de las decoraciones eran el principal resplandor, las catrinas y catrines también interpretaron distintos bailes del folclor michoacano, los cuales fueron acompañados por los aplausos y ánimos del público que esperaba expectante.

Dentro del recorrido, también se tuvo la participación de perritos de distintas razas, los cuales se llevaron el suspiro de los amantes de las mascotas, ya que sin temor alguno caminaban felizmente por la vialidad.
Además de los bailes regionales, en el desfile también los participantes efectuaron dinámicas rítmicas, las cuales acompañaron con pompones de porristas y telas que simulaban ser las alas de una mariposa.
Una gran parte de los contingentes fue integrada por jóvenes estudiantes de las distintas instituciones educativas que albergan la capital, los cuales no perdieron el tiempo para hacer notar su orgullo de pertenencia a sus casas mater y caminaron gritando los lemas de cada una.

El recorrido finalizó en el primer cuadro de la ciudad, en donde la imponente Catedral de Morelia lució como un maravilloso fondo para los miles de esqueletos que daban sus últimos pasos ante la multitud.
Maravillados, morelianos, visitantes y turistas de distintas partes del mundo se dispersaron por las principales calles de la ciudad, en busca de más atractivos para disfrutar la velada de las ánimas.