A dos semanas de la reapertura de las actividades económicas y sociales de Michoacán, el gobernador Silvano Aureoles Conejo, advirtió que las probabilidades de morir o de perder un ser querido a causa del COVID-19 son más altas que nunca, por lo que reprochó a quienes han relajado las medidas de prevención e insisten en que el virus no existe o es un invento.
Aseguró que en los últimos 15 días la movilidad en el estado aumentó hasta en 75%, a pesar de que en la entidad, mueren 1 de cada 10 contagiados confirmados.
“Así que al cumplirse las dos primeras semanas de la Nueva Convivencia en Michoacán, el mensaje es directo y claro: La epidemia no se ha ido y la probabilidad de morir o de que pierdas a un ser querido son más altas que nunca. Es un problema muy serio, debemos asumirlo con toda responsabilidad”.
Vía redes sociales el mandatario michoacano informó que del 22 de marzo a la fecha en el estado han muerto 279 personas y se han registrado más de 3 mil 500 contagios, pero mil 300 de estos enfermos se presentaron en los últimos 13 días, cuando el promedio de pacientes es de 100 diarios e incluso el 9 de junio, se rompió récord con 203 casos en 24 horas.
Señaló que mientras Hidalgo, La Huacana y Pátzcuaro pasaron de bandera verde a amarilla por incrementar el riesgo de letalidad, el municipio de Lázaro Cárdenas presenta una situación alarmante.
“El municipio de Lázaro Cárdenas presenta más contagios que 8 estados de la República y por si fuera poco, en las últimas 2 semanas, se ha registrado la misma cantidad de muertes que las que hubo en los primeros 2 meses de la epidemia”.
Aureoles Conejo, advirtió que hacer frente a esta epidemia exige corresponsabilidad de cada sector de la sociedad y lamentó la renuencia que existe a respetar las medidas sanitarias y la sana distancia, lo que pudiera derivar en un colapso de los hospitales y la imposibilidad de atender a todos los enfermos.
Informó que el fin de semana se cerraron 21 negocios de Apatzingán por no respetar las reglas establecidas para la reapertura, además de que se evitaron partidos de fútbol, jaripeos, fiestas y otras actividades que implican una congregación masiva de personas en diversas comunidades y municipios del Michoacán.