“La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez”. Winston Churchill. (1874 – 1965) Político Británico.
El reelecto presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar le volvió a marcar la pauta al gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, al provocar una reunión que solicitó desde los primeros días de junio y que finalmente se llevó a cabo el pasado viernes 30 de agosto.
Tuvieron que pasar tres meses para que Ramírez Bedolla asimilara la derrota del pasado 2 de junio, pudiera mencionar el nombre del alcalde capitalino y aceptara la reunión.
Hábilmente, Alfonso Martínez fue el primero en dar el paso, estratégicamente destacó que la elección había quedado atrás y que era momento de dar vuelta a la página para trabajar con todos los niveles de gobierno en beneficio de los morelianos.
Tarde, pero finalmente el que fungió como coordinador de campaña de Carlos Torres Piña por la alcaldía de Morelia, no tuvo más remedio que aceptar la reunión con Martínez Alcázar.
No es la primera vez que ambos hacen públicas sus reuniones y presuntos acuerdos para trabajar de manera coordinada y sin distingos partidistas. Sin embargo, en la primera ocasión, el gobierno estatal que encabeza Ramírez Bedolla emprendió un constante ataque contra Alfonso Martínez.
Dos años consecutivos, 2023 y 2024, le negaron la posibilidad de acceder a los recursos del Fondo de Aportaciones Estatales para la Infraestructura de los Servicios Públicos Municipales (FAEISPUM), que anualmente pudieron ser más de 100 millones de pesos. Por si no fuera suficiente, emprendieron constantes ataques por temas de seguridad o las inundaciones en el zoológico de Morelia.
El gobierno de Morena desarrolló una obsesión por derrotar en las urnas a Alfonso Martínez, convertido en el opositor más visible y posible candidato a gobernador de Michoacán.
Fracasaron en el intento. Incluso, el alcalde les ganó varias batallas, evidenció errores, abusos y corruptelas de la Guardia Civil, acompañó a ciudadanos afectados por el cuerpo estatal de seguridad y como colofón, les ganó contundentemente la elección.
Por eso y más, Ramírez Bedolla no podía ni mencionar su nombre, no podía referirse en concreto al presidente municipal de Morelia, que también le había ganado la iniciativa para verse como un político de altura.
Claro, el edil reelecto sabe que es mejor así, seguir en guerra no sólo lo afecta a él, sino a todos los morelianos. Martínez Alcázar sabe que mantener la guerra con Alfredo Ramírez y Morena con su mayoría en el Congreso estatal, no tiene sentido.
La buena noticia es que finalmente se sentaron a dialogar. Y si bien es cierto que eso no garantiza nada y que llegará el momento de retomar la batalla, si ambos respetan trabajar por los morelianos, cuando menos los próximos 2 años, podría alentarse la esperanza de que a Morelia le vaya mejor.
Claro está que la reunión se da porque a ambos les conviene. En el caso del Ejecutivo estatal, necesita coordinarse con el alcalde para transitar de mejor manera en los trámites para hacer las obras públicas que ha anunciado y abonarle con ello al futuro candidato a gobernador del partido guinda.
En el caso del alcalde, entre más infraestructura y mejor gobierno logre en su segundo trienio, además de beneficiar a los morelianos, tendrá mayores posibilidades de ser el candidato de la oposición al Solio de Ocampo.
Entre las propuestas que tendrían que quedar en los próximos tres años y más allá de la polémica, destacan: que terminen 4 de 7 tramos del nuevo libramiento, los distribuidores viales del Mercado de Abastos y salida a Pátzcuaro, así como el acceso al fraccionamiento Villas del Pedregal.
También se encuentran el Teleférico, Metrobús y ampliar la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Atapaneo.
De mantenerse la cordialidad, la administración municipal podría acceder a recursos del FAEISPUM en 2025 y 2026 para lograr una “gran inversión pública” y disminuir el retraso de 40 años que tiene la capital, como lo señaló Alfredo Ramírez.
Ojalá así sea. El enorme problema, es que el gobernador no tiene palabra y el riesgo es que, tras lograr los trámites necesarios, vuelva a traicionar a los morelianos. Entonces, Morelia tendría recursos del FAEISPUM el próximo año, pero difícilmente en el 2026.
Y claro, falta que realmente se pongan de acuerdo en el tema de la seguridad, entre estado y municipio, pero también con Claudia Sheinbaum Pardo que asumirá la presidencia de México el primero de octubre.
Ojalá que hayan fumado la pipa de la paz honestamente. Veremos.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.