“Las deudas son como cualquier otra trampa en la que es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir”. George Bernard Shaw (1856 – 1950) Escritor y político irlandés.
El discurso del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla respecto a las obras multianuales con una inversión de 9 mil millones de pesos, provoca enormes expectativas, pero también bastantes dudas.
Para empezar, Ramírez Bedolla presumió que los 9 mil millones de pesos no implican nueva deuda, que es un recurso que se va a multiplicar por lo que aportará el propio Michoacán, la Federación y municipios, y hasta se manifestó presuntamente sorprendido, y con cierto aire de superioridad, porque nadie se haya percatado que el Presupuesto de Egresos del 2023 no es de 91 mil 167 millones de pesos, sino superior a 100 mil millones de pesos.
Aquí empiezan las dudas. Los 9 mil millones de pesos deberán contratarlos como deuda las empresas que ganen las licitaciones, y pese que los legisladores locales aprobaron semejante situación sin reglas de operación, como lo advirtió en tribuna Baltazar Gaona García del Partido del Trabajo, está claro que, en algún momento, con la licitación y los contratos de por medio, tendrán que establecerse obligaciones de pago por la obra ejecutada al gobierno de Michoacán.
Evidentemente es deuda y tendrá que pagarse con recursos estatales de varios ejercicios fiscales, por ello lo aprobado por los legisladores establece como fecha límite para terminar y pagar las obras el 30 de junio de 2027. De esta manera la administración de Alfredo Ramírez, de cumplir a cabalidad, se iría sin dejar obras inconclusas.
Bajo semejante circunstancia, está claro que los 9 mil millones de pesos son deuda, en algún ejercicio fiscal tendrán que pagarse y si se gastan por adelantado en 2023, impactará en menor presupuesto para los próximos años.
Al viejo estilo de Lázaro Cárdenas Batel y su secretario de Finanzas, Humberto Suárez López que aseguraban que la bursatilización de la nómina no era deuda y que finalmente sí lo fue, ahora Ramírez Bedolla pretende engañar nuevamente al destacar que gastar dinero que no es tuyo o que todavía no está en tus arcas no es deuda. ¡Cuidado!
Otro manejo tramposo de Ramírez Bedolla es cuando asegura que cada obra deberá realizarse en un plazo de 12 a 18 meses, lo que se antoja muy complicado, por no decir imposible en varios proyectos. Todo advierte que, al paso de los días, el gobernador “explicará” que se refería a una parte de cada obra, según se vaya licitando.
También resulta sorprendente y sospechoso que, el proyecto de obras multianuales se aprobó en sólo 30 minutos de trabajo en las comisiones correspondientes del Congreso del Estado, y luego en el Pleno Legislativo pasó sin sobresalto alguno y logró el voto unánime. ¿En serio no le resulta a usted cuando menos sospechoso?
Ojalá que este proyecto resulte como se ha presumido, pero sería un error confiar a ciegas, nos toca estar alertas y procurar una auditoría ciudadana, ante la vigilancia laxa y sin resultados del Congreso estatal y su Auditoría Superior.
A continuación, le recuerdo los proyectos que se ejecutarán en máximo 18 meses con el presupuesto multianual y le doy a conocer lo que, según el gobernador de Michoacán, podrían costar algunas:
- El Metrobús para Morelia. (3 mil 500 millones de pesos).
- El Cablebús para Uruapan.
- La modernización del Boulevard Jiquilpan-Sahuayo.
- El distribuidor Mercado de Abastos en Morelia.
- Mercado de Pátzcuaro.
- Segundo Circuito Periférico para Morelia. (4 mil 500 millones de pesos).
- La carretera Brecha Central en Tepalcatepec, Buenavista y Apatzingán.
- Línea de Conducción Hidroagrícola Atapaneo-Distrito de Riego Morelia-Queréndaro.
- Reconstrucción de 27 tramos de casi 1 mil 300 kilómetros de la Red Carretera Estatal.
- Recuperación del Río Duero.
También se debe considerar que falta que el gobierno Federal quiera sumarse a dichos proyectos, toda vez que sólo el Metrobús y el nuevo Anillo Periférico de Morelia requieren casi el total de lo autorizado por la 75 legislatura local. Veremos.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
