“Se parecen tanto unos a otros los partidos, que la única manera de diferenciarlos es ponerles un color”. Rafel Barrett (1876 – 1910). Escritor y periodista español.
La selección de candidatos a gobernador rumbo a los comicios del 2021, evidenció que el partido de Andrés Manuel López Obrador es patéticamente idéntico a lo que tanto ha criticado, antidemocrático y vergonzosamente opaco, conste que lo dicen sus propios militantes.
El “líder” nacional Mario Delgado Carrillo, informó el pasado 30 de diciembre, que Raúl Morón Orozco es el ganador y virtual candidato a gobernador de Michoacán, porque es el mejor posicionado, y nada más; no ha dado a conocer los resultados de la encuesta o encuestas, ni siquiera fundamentó qué preguntaron y a cuántos ciudadanos, qué ponderaron, en qué tiempo se aplicaron, cuál o cuáles fueron las empresas contratadas. Sobra decir que las encuestas no gozan de credibilidad, es de todos conocido, que quien las paga manda.
Los 28 aspirantes deben creer a ciegas lo que dice su líder nacional, quien parece hacer un intento por emular a su titiritero López Obrador. Tan lamentable, que incluso durante la transmisión habló de 29 aspirantes en el estado, cuando fueron 28.
En el caso de Michoacán, semejante opacidad y suciedad en el proceso de selección del candidato ha fracturado más de lo que ya estaba a Morena. Para empezar, el senador y ex aspirante a dicha candidatura, Cristóbal Arias Solís, ya señaló que la buscará en otro instituto político. Otros inconformes, los que sí tengan alguna fortaleza, intentarán vender más caro su respaldo. Mario Delgado, hizo todo lo que estuvo a su alcance para complicarle la situación a los que resultaron ganadores, como es el caso de Raúl Morón Orozco.
Con las fracturas que ha provocado Morena, el escenario en la entidad ofrece bastantes variables en la disputa por la gubernatura, donde indudablemente Cristóbal Arias podría jugar un papel determinante. Para empezar, seguramente encontrará el respaldo de algún instituto político para ser candidato a gobernador, especialmente de los de reciente creación; sin embargo, para ser realmente competitivo, tendría que ser el candidato común de PAN, PRI y PRD, alianza a la que en otro momento ninguneó, o ya de menos de alguno de dichos partidos.
Vale destacar que de manera contradictoria, Arias Solís se quejó amargamente de la “imposición” de Raúl Morón y argumentó que apoyando al alcalde de Morelia se encuentran ex perredistas y ahora morenistas que “endeudaron al estado, tuvieron pactos y recibieron sobornos de Odebrecht y cobijaron a personajes corruptos como Carlos Ahumada”, en alusión a Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, pero al mismo tiempo manifestó su respaldo a “Andrés Manuel López Obrador y a su propósito de lograr la Cuarta Transformación del país”. Cristóbal Arias olvida que es justamente AMLO quien ha rescatado a los personajes que tanto critica, a Cárdenas Batel lo tiene como su coordinador de asesores.
Meses atrás Arias Solís señaló que de no ser candidato a gobernador de Michoacán por Morena, por el agradecimiento que le tiene a López Obrador que lo revivió políticamente hablando, terminaría su encomienda en el Senado. Pero eso cambió, ahora es una pieza clave en el rumbo que tomen los comicios en la búsqueda del Solio de Ocampo.
Por lo pronto, parece inevitable que el “Cachorro de Churumuco” se defina. Si quiere participar, la probabilidad advierte que tendrá que hacerlo desde la oposición a López Obrador, quien cotidianamente pide que los mexicanos se definan si están con él o en su contra.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
