“Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan enredadas las pequeñas”. Honoré de Balzac (1799 – 1850) Escritor francés.
En plenos festejos patrios, al más viejo estilo del PRI, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo mandó al Senado propuesta de reforma a la Ley de Amparo que pretende poner en el centro a la autoridad, al gobierno y no al ciudadano.
Pese a que la mezcolanza llamada Morena ha erradicado los contrapesos y consecuentemente tiene todo el poder, la doctora no quiere dejar nada suelto.
Ex integrantes del Poder Judicial, académicos y legisladores de la oposición han advertido de los riesgos que implica la iniciativa en mención, como los obstáculos para una “suspensión provisional”, medida cautelar que actualmente permite detener temporalmente un acto de autoridad que afecte a un ciudadano, comunidad y organizaciones ciudadanas, mientras se resuelve en definitiva y de fondo el juicio de amparo.
Entre los candados que propone la científica está el denominado “interés legítimo” que evitará la suspensión de actos de autoridad que afecten el interés social o el orden público. Es decir, inhibe los litigios promovidos por colectivos que defiendan zonas naturales o a sus hijos enfermos de cáncer, por citar un par de ejemplos.
Así que, la suspensión provisional aplicaría únicamente para la persona que demuestre el “interés legítimo”, es decir, el quejoso debe desmostar que el acto de autoridad le impacta en lo estrictamente personal.
Además, el coordinador parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado, Ricardo Anaya Cortés, señaló que la iniciativa de la doctora es una “barbaridad”, y ejemplo de ello es que la reforma proponeeliminar los efectos generales, “si un juez determina que una ley o un artículo de una ley es inconstitucional, es decir, que viola la Constitución, esto sólo va a proteger al que tenga el dinero, el poder para contratar a un abogado y promover el amparo”.
El opositor más visible al oficialismo, Anaya Cortés remató que “es parte de la consolidación del régimen de corte autoritario. Quieren acabar con uno de los pocos recursos que tenían los ciudadanos para defenderse de las autoridades”.
No olvidemos otro cambio aprobado previamente a la Ley de Amparo y motivado por Morena que evita que puedan presentarse estos recursos contra reformas constitucionales. Así que, lo que la doctora mande al Congreso de la Unión y le apruebe su feligresía sin cambiarle una coma, así sea una aberración, no hay opción legal que pueda impugnarla.
La presidenta de México argumentó que su iniciativa busca una “justicia más expedita”, evitar que ciudadanos, empresas y organizaciones puedan ampararse varias veces, incluso ante una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se tardó 20 años en el juicio, y evitar que jueces impidan el bloqueo de cuentas aplicado por la UIF, entre otras presuntas ventajas.
Sin duda el tema es complejo, pero se advierte el gusto dictatorial, la búsqueda del poder total. De momento, importantes voces de la academia y ex integrantes del Poder Judicial se han sumado a los partidos opositores que intentarán evitar la reforma.
Mientras tanto, el senador del partido en el poder y presidente de la Comisión de Justicia, Javier Corral ha anunciado que el debate parlamentario sobre esta iniciativa presidencial será abierto. Pasará primero en la Cámara Alta y después con los diputados federales.
Tras la discusión, podrían votarla en el próximo periodo de sesiones que iniciará en febrero del próximo año. Conociendo a la mezcolanza llamada Morena, pasará sin quitarle una coma.
En serio, esa mayoría que defiende al oficialismo ¿seguirá actuando como si no pasara nada? ¿Seguirá aplaudiendo a cambio de unos pesos?
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.