“Ya sabe usted, una y otra vez en política las buenas intenciones se tuercen porque se gasta dinero de otros”. Milton Friedman (1912-2006). Economista e intelectual estadounidense de origen judío.
Para variar, la pandemia por el COVID-19 mantiene a buena parte de los mexicanos polarizados desde varias perspectivas. Algunas tan elementales que cuestionan su existencia, pese a que más de 126 mil 500 personas han fallecido en el mundo por su causa, 406 en México y 12 en Michoacán. Por ello lo realmente importante por ahora, es actuar con prudencia, con respeto y solidaridad; y quienes ostentan el poder deben evitar tomar decisiones que violenten derechos fundamentales, como ya se aprecia en algunos municipios michoacanos.
El toque de queda o prohibir el libre tránsito son acciones que se han implementado en Tangamandapio, Tingambato, Erongarícuaro y La Piedad, por citar algunos ejemplos, donde seguramente prevalece una intención genuina de salvaguardar la vida de los ciudadanos, pero, son decisiones que también generan inconformidades y por ello diversas voces de estudiosos del derecho advierten que se violenta la Carta Magna y cualquier cantidad de leyes y tratados internacionales.
Lo cierto, es que ante la problemática que se avecina, dichas discusiones y hasta posibles acciones legales que se implementen, pasarán a segundo plano. Lo realmente importante será contener el contagio del virus para no colapsar el sistema de salud y encontrar maneras de entregar alimentos a los sectores más vulnerables.
Seguramente las autoridades de todos los niveles cometerán muchos errores en el ánimo de ayudar, provocados por el temor, por la inexperiencia y hasta por la ausencia de coordinación motivada por las diferencias partidistas y vergonzosamente, por cuestiones estrictamente electoreras, enconos y venganzas personales.
Resulta patético, pero es cierto. El mandatario federal, los gobernadores y los alcaldes del país, caminan cada uno por su lado, mientras abundan las acusaciones y reclamos desde una parte, y la sordera y los insultos desde la otra.
En lugar de buscar soluciones a los enormes problemas que ya están en la salud y la economía, Andrés Manuel López Obrador, el mismo que convocó a una tregua a los conservadores y que por su liderazgo debería convocar a la unidad, reta ahora a que se dejen de lado las leyes vigentes para que se lleve a cabo la consulta de revocación de mandato el próximo año y no en el 2022. Increíble pero cierto.
Ante semejante realidad, lo realmente importante es retomar el ser ciudadanos, aplicar el sentido común y colaborar de la mejor manera posible. La emergencia sanitaria obliga a ponerle sensatez, a ayudarle a las autoridades. Después de todo, las complicaciones que podrían llegar con la Fase 3, serán tales que incluso, presentar un amparo o una simple queja ante Derechos Humanos, será complicado y seguramente tendría que esperar un mejor momento.
Autoridades no exageren, sean extraordinariamente claras y concretas en las medidas que implementen y hagan lo que esté a su alcance con el único fin de ayudar. No pierdan de vista que se trata de una circunstancia extraordinaria, complicada y riesgosa, pero que puede dejarnos una enorme enseñanza. Hagan lo correcto, olviden por una vez en su vida lo electorero.
Demos las gracias a quienes fuera del poder y la administración pública ya se han organizado para apoyar a los más vulnerables. Es claro que lo peor está por venir y como ha sucedido en otras tragedias, serán los ciudadanos de a pie los que saquen el país a flote.
Le invito a vestirse de ciudadano. Quítese por unas semanas su traje partidista o de seguidor de alguna persona o líder político. Le recuerdo, ellos desde el poder o la oposición, pero viven bien. Se insultan cotidianamente, son incapaces de flexibilizar posiciones para alcanzar acuerdos, incluso en las crisis que ahora padece el país, pero viven y han vivido del dinero público sin mayor sobresalto… ¿y usted?
Retomemos el ser ciudadanos y afrontemos juntos las circunstancias, sin politiquería. Será más fácil construir alianzas y realizar acciones desde la ciudadanía, que comandados por los políticos.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.