“El sufrir merece respeto, el someterse es despreciable”. Víctor Hugo (1802 – 1885) Poeta y novelista francés.
Por un lado, no deja de sorprender la hipocresía de Andrés Manuel López Obrador y por el otro, la “inocencia” de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) que ufanos se metieron a Palacio Nacional, en uno de los peores momentos.
Desde que asumió como presidente de México, López Obrador ha atacado decididamente a los órganos electorales y ha puesto especial dedicación en el INE, no ha sido capaz de reconocer una sola derrota electoral y para colmo, desde el primer día de su “mañanera” se la ha pasado haciendo proselitismo violentando la Constitución Mexicana y leyes que regulan los asuntos electorales.
Así que las circunstancias obligaban a un mínimo de dignidad de parte de los consejeros electorales para evitar meterse a Palacio Nacional, debieron motivar a que dicha reunión se desarrollara en un lugar neutral, no pueden perder de vista que, en política, la forma es fondo.
Empoderado en su Palacio, Andrés Manuel señaló que recibió a “las consejeras y consejeros del INE conversamos muy bien; el propósito es hacer realidad la democracia, que se establezca una auténtica democracia en nuestro país, que no se simule, que no se utilice la democracia como pantalla y tengamos en realidad una oligarquía”.
Con el cinismo que le caracteriza se presentó como defensor de la democracia cuando no respeta el mínimo de los marcos legales. Se ha convertido en la máxima expresión de la chachalaca que alguna vez vio en Vicente Fox; sin duda el que usa la democracia como pantalla para su oligarquía dictatorial y corrupta es justamente López Obrador.
Esperemos que los consejeros electorales por lo menos le hayan sacado algunos compromisos concretos como impulsar un presupuesto suficiente para el 2024 o que ya deje de violentar la Constitución y marcos electorales. Aunque en los hechos, esos compromisos no garantizarían nada, ya se sabe que el inquilino de Palacio Nacional como dice una cosa dice la otra.
No se pierda de vista que la reunión se da en el marco del inicio de una ilegal precampaña de Morena para elegir a la corcholata que asumirá la candidatura presidencial en 2024, donde López Obrador está metido en cuerpo y alma, él dirige, toma decisiones, impone las reglas, convoca reuniones, usa recursos públicos y todo lo que implica su “mañanera” para hacer proselitismo indebido.
En fin, ante la ausencia de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, pero, sobre todo, con el arribo de Guadalupe Taddei Zavala a la presidencia del INE, parece que ahora sí el tabasqueño percibe que puede girarles instrucciones, por lo pronto ya pudo meterlos a su guarida de lujo.
Veremos qué persigue López Obrador con todo lo que está generando. Los actos anticipados de campaña de todas las corcholatas son evidentes y son causa suficiente para sancionarlos con el impedimento a que sean candidatos en el 2024. Basta preguntarle a Raúl Morón Orozco.
¿Eso es lo que pretende López Obrador, Morena y su feligresía? ¿Busca una manera de hacerse “necesario” para prolongarse en el poder o imponer a quien le plazca para intentar mantenerse detrás del trono?
Parecen dudas ingenuas, pero el adorador y defensor de dictadores debería obligarnos a permanecer alertas. Por lo pronto, los partidos opositores siguen peligrosamente dormidos.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
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