Morelia, Michoacán.- Podría ser que en un año no pueda levantar libremente la voz contra el régimen morenista, declaró Alfonso Jesús Martínez Alcázar, presidente municipal de Morelia, postulado por los Partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), tras la aprobación de la Reforma Judicial.
“Yo no sé si en unos seis meses o un año pueda hablar con la libertad que ahorita estoy hablando, con esa indignación y levantando la voz, no sé si va a ser posible todavía, eso es lo que se está perdiendo nuestro país”.
Dijo tomar como un augurio de lo que está por venir el hecho de que la mayoría de los votos se alcanzó con presuntas “extorsiones” contra los panistas Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez, padre e hijo, y un presunto “secuestro” de Daniel Barreda Pavón, de Movimiento Ciudadano (MC), por lo que la nueva ley habría nacido muerta.
“Entonces, estamos partiendo de una reforma al Poder Judicial haciendo justicia selectiva, desde ahí nace muerto el proyecto, porque se está haciendo justicia selectiva, al que los apoyó y levantó la mano le van a perdonar todo lo que tenga, y al que se resistió, lo secuestraron para que no llegara, eso es lo que vamos a empezar a vivir en nuestro país”.
El hecho de que se haya hecho funcionar el aparato de Estado para coartar el derecho de los senadores sería una demostración de que el Poder Legislativo está completamente subsumido al Ejecutivo, argumentó, lo mismo que se pretendería hacer, a su juicio, con el Judicial, a través de esta reforma, aprobada por 86 votos en la Cámara Alta.
Mientras que, por un lado, calificó a los senadores oficialistas como “levanta dedos” sin criterio propio, por otro, concedió que, si no toda la oposición, al menos algunos antepusieron sus intereses particulares a los de la porción de la nación que dicen representar, entre ellos, los perredistas Araceli Saucedo Chávez, de Michoacán, y José Sabino Herrera, de Tabasco, sin los cuales no se habría alcanzado la mayoría calificada.
Con todo, Alfonso Martínez adelantó que no dejará de decir lo que piensa, a pesar del “poder omnipotente” que habría acumulado el Ejecutivo Federal, cuya titularidad está por dejar Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum Pardo, también morenista.