Muchas veces el entorno urbano, el desarrollo tecnológico y las sociedades avanzadas nos hacen olvidarnos del origen del ser humano, de la naturaleza desnuda del humano mismo.
Jane Goodall ha sido mundialmente conocida por el estudio de los chimpancés, su estudio tuvo una duración de sesenta años, uno de los estudios más grandes registrados. Los aportes de la Dra. Goodall consistieron en estudiar el comportamiento sociológico de los chimpancés, algo que se esperaba trajera más conocimiento sobre el comportamiento colectivo del ser humano.
La Dra. Goodall inició su estudio siendo la joven secretaria que se internaría en las selvas de Gombe stream, Tanzania. Al no contar con estudios universitarios, formales Jane contaría con una mente fresca y sin la pretensión de las teorías biológicas de ese entonces, el estudio del chimpancé era algo crucial ya que es el primate con mayor similitud genética con el homo sapiens. Entender el comportamiento de un mamífero tan similar era una situación crucial.
Al pasar del tiempo Jane comenzó a familiarizarse con las manadas de chimpancés, desarrollando un sistema de numeración así como nombres para cada uno de ellos, se dio cuenta que cada chimpancé contaba con un carácter y comportamientos únicos, similar al de los humanos.
Con el paso del tiempo Jane encontraría uno de los hallazgos más significativos que desarrollarían la base para una rama completa de las ciencias biológicas, La guerra.
Los chimpancés compartían territorio con otra especie de primates, los bonobos. Al compartir territorio compartían los recursos que se encontraban en ese lugar. Hasta que comenzó el desabasto, ya que el alimento no era suficiente para las dos manadas de primates así que comenzó a generar hostilidades entre ellos.
Algo completamente natural, hasta que la Dra. Goodall observó un peculiar comportamiento, los chimpancés se organizaron en una estructura compleja de jerarquías que pasaba desde un jefe hasta lo equivalente en humanos a generales y capitanes.
En conjunto la especie de los chimpancés lucharía con la especie de los bonobos lo que los llevaría a una sangrienta guerra de los recursos naturales y el territorio, la Dra. Jane Goodall había observado el origen de la guerra, en la naturaleza intacta, un comportamiento que hasta el momento se consideraba algo únicamente humano
A raíz de esas observaciones la Dra. Goodall se convirtió en una luminaria de la biología llegando a desarrollar el campo de la etología, rama de la ciencia que se dedica a explicar el comportamiento de los animales. Tal fue la admiración que generó la Dra. Jane que inspiró un personaje en el clásico de Disney Tarzán, la joven investigadora (Jane) que estudiaría el comportamiento de los chimpancés.
La historia de la Dra. Jane Goodall puede resultar inspiradora para muchas generaciones, una joven sin instrucción formal en las ciencias, a base de observación, deducción y razonamiento descubre una de las grandes intrigas del ser humano. El comportamiento, la guerra. No cabe duda que el siguiente Grand descubrimiento puede llegar de cualquier parte.