A prácticamente 10 años de que se alzó en armas contra la delincuencia en Tierra Caliente, Hipólito Mora sabía que “lo iban a matar”, que delincuentes irían por él, escribió una carta y pidió que la leyeran en caso de que la sospecha se materializara.
A petición del líder autodefensa, parte del equipo que lo asesoraba desde Morelia para que llevara su lucha a una tribuna y dejara las armas, ofreció una conferencia de prensa en el hotel y en la mesa que el hoy fallecido ocupaba siempre en sus visitas a la capital.
El periodista Sergio Cortés Eslava, junto con Paola Farías Ávila, Javier Bravo y David Ceballos se presentaron como sus “asesores y grandes amigos”, reconocieron sentir temor, aunque aclararon que su cercanía con el fundador de grupos de civiles armados no tenía que ver con su lucha armada en Tierra Caliente.
David dio lectura a la carta, breve y con un mensaje claro, “que mi muerte no sea en vano” y que la lucha “sea por una causa justa para los ciudadanos”.
A pregunta de los periodistas, señalaron que sobre las circunstancias en las que murió Hipólito, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), sólo les ha confirmado que ya había perdido la vida cuando el vehículo en el que se transportaba fue incendiado.
Para Javier Bravo, es incomprensible que aunque el enfrentamiento se escuchó en todo el pueblo, autoridades tardaron 90 minutos en llegar, pese a que en el lugar se encuentra una unidad con elementos federales.
Al momento del ataque, Hipólito se trasladaba en su camioneta Tahoe con blindaje 5 que no resistió el ataque armado, ya que contaba con una escolta de solo 6 policías estatales.
De acuerdo a sus asesores, tras sus anteriores atentados era custodiado con una escolta formada por elementos de la Guardia Nacional y el Ejército, que fueron retirados sin explicación alguna, pese a la peligrosidad de la zona.
Ahora, advirtieron que incluso la familia podría estar en riesgo durante los funerales, por lo que esperarán a conocer su determinación para pedir de manera oficial la vigilancia a las autoridades, que por lo pronto, sí pusieron un resguardo para los funerales.
Consideraron desatinadas las declaraciones del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, que calificó como ilegal al movimiento armado y señaló que el líder autodefensa rechazó trasladarse a Morelia para no ponerse en riesgo.
Señalaron que tras los dos atentados de los que fue víctima, nunca conocieron de ningún detenido, pese a que presentó cerca de 10 denuncias con nombres y apellidos de los autores, en los últimos 3 años.