El dirigente del PRI en Michoacán, Guillermo Valencia, afirmó que los avances recientes en la investigación del homicidio del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez son resultado de la intervención del gobierno federal en tareas de seguridad dentro del estado. Señaló que la presencia de fuerzas federales ha derivado en la reducción de delitos en la entidad, a lo que llamó “el efecto Carlos Manzo”.
Valencia sostuvo que tras el asesinato, la autoridad federal “corrigió la plana” al gobierno de Michoacán, al considerar que durante cuatro años no se implementaron políticas de prevención, disuasión ni desarticulación de grupos criminales. Indicó que los detenidos y nombres que han surgido en las investigaciones corresponden a presuntos generadores de violencia cuyas operaciones se extendían desde Morelia hasta Uruapan y otros municipios.
El dirigente afirmó que dichos grupos también habrían estado relacionados con otros hechos de alto impacto, como la privación de la libertad y homicidio de la presidenta municipal de Cotija, Yolanda Sánchez Figueroa y con el atentado contra el exdiputado, Sergio Ochoa Vázquez. Consideró que si estos casos hubieran sido investigados oportunamente, “Carlos Manzo estaría vivo”.
Durante la conferencia, Valencia también cuestionó la marcha por el séptimo aniversario de que la Cuarta Transformación encabeza el gobierno federal, al señalar que se estaría utilizando estructura gubernamental para movilizar participantes.
Calificó el evento como una “marcha de acarreados” y sostuvo que “no hay nada que celebrar” en materia de seguridad tanto en el país como en Michoacán.
Sobre los bloqueos de transportistas y productores registrados en el país, el dirigente dijo que no deben criminalizarse, pues varios de estos sectores habrían sido históricamente afines a Morena. Agregó que la falta de seguridad en carreteras y la vulnerabilidad del sector campesino también influyen en las protestas.


