La voz de la madre hizo eco en la Sala de Oralidad, donde con lágrimas de dolor e impotencia tuvo una sola exigencia para el Tribunal de Enjuiciamiento: justicia. Bertha Mejía es madre de María del Rosario Márquez Mejía, una joven exitosa, que fue asesinada el 4 de noviembre del 2019.
Esa tarde avisó que iría a la panadería, fue la última vez que se le vio con vida; su cuerpo fue localizado 24 horas después sobre la brecha conocida como Paso del Muerto, en el tramo Acuitzio del Canje-Umécuaro.
Han pasado 2 años, 8 meses y 8 días desde los hechos; finalmente este 12 de julio se convocó a la audiencia en la que se dictaría el fallo.
Minutos antes de la hora pactada, elementos de seguridad penitenciaria ingresaron a la sala con Ana Cristina N., la imputada como responsable del feminicidio de Rosario; apareció con pelo negro, largo y trenzado.
Junto a la mamá y el hermano de la víctima, la Fiscalía Estatal aseguró que se acreditó la plena responsabilidad de Ana Cristina en el crimen.
Señaló que grabaciones de cámara de seguridad, testimoniales, exámenes periciales y mensajes de celular, permitieron conocer que ese 4 de noviembre Rosario se encontró con ella en el libramiento de Santiago Undameo y aceptó abordar el auto Polo Negro que ésta conducía para terminar la relación sentimental que habían sostenido.
Amigos y familiares habrían atestiguado que Rosario temía la reacción violenta de la joven que insistía en que siguieran juntas, por lo que todo hace suponer que ese era el motivo de que hubiera salido de su casa sin decir la verdad y aceptara subir al vehículo de su ex pareja.
Las grabaciones de cámaras de seguridad, permitieron ver el vehículo de la imputada acompañada con Rosario hasta llegar al sitio donde encontraron el cuerpo, luego regresó sola.
El cadáver fue localizado sobre una brecha de terracería, se calcula que fue arrastrado cerca de 18 metros.
Tenía 15 lesiones, 3 de arma de fuego, murió a causa de los dos disparos que recibió en el cráneo, otra bala la impactó en el dorso; el resto fueron golpes, la jovencita recibió un “trato muy cruel”, tenía escoriaciones que se le hicieron en vida para provocarle dolor.
La blusa y el brasier estaba abiertos, para exponer sus senos.
Tras iniciar la indagatoria, la Fiscalía General del Estado localizó un arma de fuego en una caja de seguridad de la casa de Ana Cristina, quien fue detenida el 19 de noviembre del 2019, cuando fue asegurado el vehículo que conducía y que tiene plena coincidencia con el que aparece en las grabaciones.
La presunta victimaria incluso acompañó a la familia durante sepelio de su expareja; la madre de Rosario relató ante los medios de comunicación que incluso le envió varios mensajes en el que le describía lo que le había pasado a su hija, con la justificación de que se trataba de otra persona.
Con lágrimas en los ojos, exigió la pena máxima para la imputada; acompañada por su hijo Edgar, aseguró que el asesinato de su hija los dejó sin nada; el joven fue incluso despedido de su trabajo debido a sus constantes ausencias para acudir a las audiencias.
Para él, su mamá es prioridad, debido a un problema de salud que le ha generado numerosos malestares durante las audiencias. Para esta familia no hay justicia, porque con la pérdida de Rosario lo han perdido todo.
Tras conocer las argumentaciones de la Fiscalía y de la defensora particular, el tribunal de enjuiciamiento emitirá su fallo este 13 de julio a las 9:00 horas.
