Entre desorganización, largas filas, falta de información y sin sana distancia, se realizó la primera jornada de vacunación de adultos mayores contra el Covid-19 en Morelia, donde cientos de sexagenarios salieron a la calle luego de casi un año de aislamiento.
Personas en sillas de ruedas, con oxígeno y muchas dificultades para moverse, soportaron las inclemencias del tiempo y la espera, con la esperanza de recibir la dosis del biológico Pfizer.
La afluencia de adultos y familiares rebasó a los funcionarios y el operativo de tránsito que se instaló en el Deportivo Ejército de la Revolución, donde muchos reclamaron haber sido convocados vía telefónica, pero al llegar al lugar no los encontraron en la lista.
Otros, literalmente “tuvieron que cargar” a los adultos para llegar al lugar, ya que no se les permitió acceder con vehículo.
“Es un caos no nos dejan entrar con los carros, me la tuve que traer cargando y pues bueno, aquí esperando”.
Decenas de personas se formaron desde temprana hora en las inmediaciones del lugar, pese a que la mayoría no tenían cita, con la esperanza de ser atendidos.
Bajo el inclemente sol, Yolanda Reyes acudió temerosa de contagiarse de nuevo de Coronavirus, enfermedad que ya padeció el año pasado.
“Mi esposo y yo nos registramos desde que llegó la convocatoria, y él ha estado llamando a un número que nunca contestan y nosotros decidimos arriesgarnos, esperamos en Dios que nos toque”.
Luego de que su hijo hizo fila desde las 4 de la mañana, Gloria García fue la primera moreliana mayor de 60 años que recibió la vacuna, esperanzada que esto le permita alargar su vida, ya que varios de sus familiares han padecido la enfermedad.
“El 7 de febrero murió uno, el domingo levantamos la cruz de otro, más atrás la familia de mis hijos, toda la familia cayó hasta la niña, pero gracias a Dios, que salieron adelante”.
En el recinto ferial localizado en la Goleta, se repitieron las largas filas, aunque se logró una mayor organización, al permitir el ingreso de los adultos y familiares a las instalaciones como salas de espera.
Los cambios se hicieron de último minuto, al grado que el propio alcalde Humberto Arróniz Reyes, cargó y acomodó las sillas.
Adultos mayores que recibieron la dosis se dijeron agradecidos por tener oportunidad de vivir más.
Pese a la molestia que generó la desorganización y la improvisación de la jornada, muchos familiares se manifestaron aliviados de que papás, mamás o abuelos recibieron la vacuna.
Entre ellos, la familia de Marciana Valverde Aureoles, una mujer de 90 años de edad, que trasladaron en silla de ruedas y con el oxígeno rodando, debido a su condición delicada de salud por el Alzheimer que padece.
La moreliana tuvo que ser trasladada hasta el recinto Ferial, a pesar de que tiene su domicilio en la colonia Vasco de Quiroga, ya que recibió su cita para ese lugar.
La afluencia de adultos y familiares rebasó a los funcionarios y los operativos de tránsito, mientras la espera se prolongó por horas.
