Morelia, Mich.- Al cumplirse 10 años del rescate de 513 víctimas del albergue de la Gran Familia ubicado en Zamora, el julio del 2014, Eduardo Verduzco, hijo adoptivo de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, fundadora del albergue La Gran Familia, reveló las secuelas que les dejó el encierro en el lugar, que para muchos, fue un infierno, dónde hubo abuso sexual, físico y psicológico
Recordó como el abuso sexual era normalizado, incluso narró como en una ocasión le dijo a Mamá Rosa lo ocurrido, la respuesta fue: “A ti te encanta la reata maricón”.
A esto se sumaron conductas autodestructivas que derivaron en intentos de suicidio que no logró cumplir, aunque señaló que 20 de sus compañeros optaron por quitarse la vida, y otros por integrarse a las filas del crimen organizado.
“Mira dentro del albergue de la Gran Familia era como un gran reclusorio, podías acceder alcohol e inhalantes, aproximadamente seis personas se dedicaron dentro del narcotráfico, especialmente porque nos decíamos con apodos, otras víctimas también huyeron porque sus hermanos eran halcones, en la parte de suicidios son 20 víctimas que se han suicidado y soy el referente para pedirme ayuda”, detalló.
Eduardo es un caso vivo que recuerda cómo eran los castigos y las condiciones infrahumanas en que vivían los niños que estaban con Mamá Rosa, en hacinamiento, comiendo todos de un solo plato, sanitarios en pésimas condiciones de higiene; niños y jóvenes atados con candado y cadenas.
Los castigos eran ser desnudados y les dejaban caer agua fría, les colocaban los uniformes de la Gran Familia llenos de piojos y liendres que les generaban enfermedades como sarna; el uniforme era una forma de ser identificados por autoridades y ser entregados al albergue en donde los golpeaban por haberse escapado, tenían que pedir perdón a Mamá Rosa.
A todos los niños recordó se les enseñaba a tocar un instrumento, con la finalidad de que acudieran a Bellas Artes, en el Centro Fox, lo que le permita a Mamá Rosa mantener relaciones cercanas con la élite política que la protegía, incluso con los expresidentes de la República, Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada, “tenía un alcance político que no se imaginan, por eso nunca le hicieron nada”.
Dentro de las víctimas refirió había adultos mayores que en un inicio eran “encargados” y pasaron de ser víctimas a “víctimarios”, se trata estimó de 15 personas que están en casas o abandonados en otros espacios.
Los hijos de Mamá Rosa podrían reclamar las propiedades que dejó la fundadora de la Gran Familia, ya que en términos legales son sus hijos, pero la Fiscalía General de la República (FGE) antes PGR, incautó el terreno donde estaba la casa hogar y tiene un valor de 42 millones de pesos, por lo que es un escenario poco probable.
Mamá Rosa recibía donativos, recibió un millón de pesos de SEDESOL para cambiar el piso, llegaban en camiones y los mandaba a las bodegas para que se “echará a perder y una vez echado a perder, no los daba, le daban arpillas de papas y zanahorias”, describió.
Eduardo describe los seis años que vivió en este lugar como un infierno, un lugar donde lo abusaban, lo golpeaban continuamente, fue castigado brutalmente y muchas veces intentó quitarse la vida, situación que se repetía en sus compañeros, las 513 víctimas, algunos fueron reclamados, otros no, ante la amenaza de que se reabriría el albergue, algunos optaron por intentar quitarse la vida.