Para la Iglesia Católica, este 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, fecha que recuerda la matanza de los niños menores de 2 años de edad nacidos en Belén y que fue ordenada por el Rey Herodes, que pretendía de esta manera asegurar quitar la vida a Jesús de Nazaret.
El Evangelio de Mateo señala que “Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel” (Miq. 5, 1).
Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran y pidió a los Reyes Magos averiguar dónde estaba para que regresaran a informarle “para ir a adorarlo”.
Los magos encuentran al niño, pero en sus sueños un ángel les advirtió que no volvieran con Herodes y regresaron a sus países por otros caminos.
Sin que exista un origen claro de cómo es que esta conmemoración derivó en una serie de bromas y engaños, se cree que con esto se recuerda el engaño de los Magos de Oriente a Herodes.
También se piensa que como la conmemoración se refiere a los niños inocentes, ahora se hacen bromas, como las harían los menores.
En México, se celebra en casi todo el país y aunque no es un día feriado se toma como una de las festividades más importantes de la religión, cada iglesia la celebra a su manera, se le ofrecen regalos y comida al niño Jesús, las ofrendas pueden ser variadas, desde prendas para vestirlo, hasta dulces, pan, entre otras cosas.
Se acostumbra hacer bromas a la gente y a quien cae se le dice: “Inocente palomita que te dejaste engañar”.