Con llueve mucho, hemos notado que aumentan los resfriados, las gripes y otras enfermedades respiratorias.
¿Pero por qué pasa esto?
El cambio de clima que trae la temporada de lluvias afecta nuestro cuerpo de diferentes maneras, y conocer los factores que influyen puede ayudarnos a prevenir complicaciones.
¿Por qué las lluvias favorecen las enfermedades respiratorias?
Las lluvias traen consigo un aumento de la humedad en el ambiente, lo que facilita la propagación de virus y bacterias que causan enfermedades como el resfriado común, la gripe o incluso infecciones más serias como bronquitis o neumonía.
Además, el cambio brusco de temperatura al entrar y salir de ambientes fríos o húmedos puede debilitar nuestro sistema inmunológico, haciendo que seamos más vulnerables a estos agentes infecciosos.
Otro factor importante es que durante esta temporada pasamos más tiempo en lugares cerrados para protegernos de la lluvia.
Esto provoca que la circulación del aire sea limitada, y los virus se transmitan más fácilmente de una persona a otra.
¿Cómo podemos protegernos?
Afortunadamente, hay medidas sencillas que podemos tomar para reducir el riesgo de enfermarnos durante la temporada de lluvias:
- Mantente abrigado: Usa ropa adecuada para el frío y la humedad. Aunque parezca obvio, es importante que al salir de casa llevemos un paraguas, una chaqueta impermeable y zapatos adecuados para evitar mojarnos.
- Cuida tu sistema inmunológico: Una buena alimentación es clave. Incluye en tu dieta frutas y verduras ricas en vitamina C, como la naranja, el kiwi o el pimiento.
También es importante dormir lo suficiente y evitar el estrés, ya que ambos factores influyen en nuestras defensas.
- Lávate las manos frecuentemente: Los virus y bacterias se transmiten fácilmente a través del contacto con superficies contaminadas. Lava tus manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente después de estar en lugares públicos o al toser o estornudar.
- Ventila tu hogar y lugar de trabajo: Aunque el clima esté frío, es importante permitir que el aire circule. Abrir ventanas durante unos minutos al día puede ayudar a reducir la concentración de microorganismos en el aire.
- Vacúnate: Si está disponible, la vacuna contra la gripe estacional es una excelente medida preventiva, especialmente para grupos vulnerables como personas mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.
No ignores los síntomas
Si a pesar de tomar precauciones, presentas síntomas como fiebre, tos persistente, dificultad para respirar o dolor de pecho, es importante acudir al médico.
Las infecciones respiratorias pueden complicarse si no se tratan a tiempo, especialmente en personas con defensas bajas o condiciones previas como el asma o la diabetes.
El cambio de clima es inevitable, pero no tenemos por qué enfermarnos con cada temporada de lluvias.
Tomando medidas simples como abrigarnos bien, alimentarnos de forma balanceada y mantener hábitos de higiene, podemos disfrutar de esta época sin preocupaciones.
Gracias por haber leído esta columna, nos vemos en la próxima.