Comunidades P’urhépecha a 21 de febrero del 2021.
En el marco del Dia Internacional de la Lengua Materna, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (#CSIM), consejo constituido por autoridades de 60 comunidades, denunció que el principal responsable de la desaparición de las lenguas indígenas es el Estado mexicano.
A continuación el comunicado íntegro de esta organización:
A LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES ORIGINARIAS. A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
AL PUEBLO DE MICHOACÁN. AL PUEBLO DE MÉXICO. AL ESTADO MEXICANO
Comunidades P´urhépecha, a 21 de febrero del 2021
K´eri Kunkorhekua Iretecheri, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán #CSIM, consejo autónomo e independiente, constituido por autoridades civiles, comunales y tradicionales de 60 comunidades originarias, manifestamos colectivamente lo siguiente:
Los pueblos y las lenguas indígenas mantenemos un proceso de resistencia de más de 500 años, durante la colonia, la reforma, el porfiriato o la época contemporánea, los distintos Gobiernos de México, llámense Virreyes, Emperadores o Presidentes, con independencia de su ideología (colonialistas, conservadores, liberales, positivistas, neoliberales o progresistas) históricamente han impuesto políticas educativas de castellanización.
A través de la religión, las leyes y las distintas escuelas, mediante procesos de castellanización directa o indirecta, el Estado mexicano ha sido el principal causante de la desaparición de nuestras lenguas ancestrales, imponiendo unilateralmente procesos educativos que tienen como objetivo la aculturación, la incorporación, el integracionismo y el paternalismo, estableciendo relaciones sociales de homogenización forzada y de dominio de la lengua castellana.
En México, pese a la narrativa oficial y con independencia del partido político que ocupe el poder, existe una desaparición constante y acelerada de las lenguas indígenas.
Según las propias cifras oficiales, en el Censo de Población y Vivienda del 2020 (INEGI) en nuestro país existen más de 120 millones de personas, de las cuales el 6.2% habla alguna lengua indígena, sin embargo, en perspectiva, durante el Censo de Población de 1930 (INEGI), el 16.0% de los mexicanos hablaba un idioma originario.
Más información en: CENSO INEGI 2020
Aún más, en la época de 1er Censo de Población de la Nueva España de 1790 el 60% de la población eran “indios” que en su mayoría eran monolingües.
Es decir, por más de 200 años, pese al discurso del gobernante en turno, se han establecidos políticas públicas tendientes a desparecer las lenguas de nuestros abuelos en el camino, estas estadísticas reflejan el fracaso del Estado mexicano para rescatar las lenguas indígenas.
El Estado mantiene un doble discurso, por un lado, manifiesta reconocer los derechos de los pueblos originarios, pero en contraparte, no garantiza el derecho de millones de indígenas a recibir atención pública en su idioma materno, mantener una educación en su propio lenguaje, acceder a la justica en su idioma o recibir atención médica en su lengua. El Estado en sus tres poderes, es el principal violador de los derechos lingüísticos.
Históricamente, es gracias a la resistencia, lucha y dignidad de más de 500 años de los pueblos originarios, que sobreviven las lenguas maternas, no a los Gobiernos Federales, Estatales o Municipales, que poco o nada hacen para el rescate de los idiomas indígenas.
Las lenguas maternas, indígenas u originarias, se defienden hablándolas, escribiendo la vida en ellas, enseñándolas y transmitiéndolas a nuestros descendientes, respetándolas y sintiéndonos orgullosas de ellas.
En la casa, en la escuela, en las asambleas generales, en las fiestas comunales, pero también en la auto organización, en las luchas por el territorio, la tierra y el trabajo comunal, en el cuidado de los bosques, el agua y la vida, en los procesos de libre autodeterminación, autonomía y autogobierno, en la lucha colectiva florece también la #LenguaMaterna.
TERUNHASKUA K’ OIA, ECHERI KA JURAMUKUKUA IAMENTU IRETECHANI
JUSTICIA, TERRITORIO Y AUTONOMÍA PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
#CONSEJOSUPREMOINDÍGENADEMICHOACÁN