El 6 de agosto de 1945, estalló a 600 metros de altura en la ciudad de Hiroshima, la primer bomba atómica con fines bélicos, que fue detonada por el gobierno de Estados Unidos liderado por el presidente Eisenhower. Ese 6 de agosto la humanidad cambiaría para siempre.
Algunas ocasiones, en la ciencia los desarrollos alcanzados son usados con fines armamentistas, este fue el caso de la en aquel entonces recién desarrollada teoría de la relatividad de Albert Einstein. A pesar de que Einstein jamás se imaginó que su teoría pudiese ser usada con esos fines, en esa ecuación se encontraba el secreto que liberaría el enorme poder del átomo.
Los efectos de la bomba atómica en las personas son muy variados, el primero es la onda de calor generada por la explosión, está onda de calor alcanza hasta los 7000 °C lo que provoca que todo ser vivo alrededor de la explosión sea evaporado. Después de la onda de calor sigue una onda de choque, esta impacto genera graves contusiones y destrucción de construcciones alrededor e la explosión.
Después de estas etapas vienen los efectos de la radiación en el cuerpo humano. Disfunciones del sistema nervioso central, nausea, vómitos, diarrea y destrucción de la capacidad del cuerpo de producir nuevas células sanguíneas.
Se reportó el deceso de 166, 000 personas aproximadamente entre civiles y militares.
Estos actos deplorables, deben ser recordados en memoria de las víctimas, debe ser un precedente para la humanidad, de una pésima aplicación de la ciencia.